Cada vez falta menos para la Navidad, uno de los momentos más emocionantes del año para los más pequeños que disfrutan como nadie la magia e ilusión ante la llegada de Papá Noel. Las calles se llenan de luces y decoraciones navideñas y los niños se vuelcan a ellas cargados de alegría y entusiasmo. Así fue como empezó en Mónaco la tradicional fiesta infantil y entrega de regalos, una tradición a la que acuden los niños del todo el Principado que comenzó en 1956 con Raniero y Grace de Mónaco. Sumándose por primera vez al evento, y acompañando a sus padres, Alberto y Charlene de Mónaco, los mellizos Gabriella y Jacques se mostraron contentos de salir del Palacio Grimaldi pero todo cambió cuando animales de peluche gigantes entraron en escena.
Los pequeños Príncipes de dos años de edad salieron caminando tomados de las manos de sus padres de lo más sonrientes pero fue al ver uno de los enormes peluches que Gabriella se asustó. La niña rompió en llanto y buscó rápidamente refugio en brazos de su madre, quien intentó calmarla sin éxito alguno, por lo que después de un rato decidieron que volviera a la casa. Recordemos que algo similar ocurrió el pasado mes de septiembre en el tradicional picnic monegasco cuando minutos antes de salir a la plaza la Princesa también se largó a llorar.
En contrapartida, Jacques se mostró sereno y divertido interactuando con los peluches y posando junto a sus padres frente a las cámaras. Además, el niño saludó gustoso a la multitud allí agolpada demostrando gran soltura en actos públicos como este. Recordemos que fue en una reciente entrevista cuando Alberto de Mónaco contó que puertas adentro de la casa, la niña es la más habladora, tanto en francés como en inglés, a diferencia del Príncipe Heredero.
Luego, como es tradición los Príncipes Alberto y Charlene, quienes también estuvieron acompañados de sus sobrinos, Louis Ducruet y Camille Gottlieb, hijos de Estefanía de Mónaco, entregaron regalos a unos seiscientos niños que asistieron al Palacio, una labor solidaria que se repite cada año.