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Parecía una estrella de cine. Fotos por allí y por allá, un grito, otra foto, una sonrisa, un flash, muchos nervios, otra foto, palabras al oído para decir lo guapo que está, saltos de alegría, otra foto.... El príncipe Harry ha dejado huella durante su visita a Estados Unidos. Vestido siempre de manera impecable, con sus ojos claros y esa sonrisa pícara ante la que ha caído rendida más de una mujer, el hijo pequeño del príncipe Carlos de Inglaterra ha causado una verdadera revolución al otro lado del charco. En cada uno de los actos programados en su agenda oficial, ha estado acompañado por un gran número de seguidoras que se han quedado prendadas del que está considerado uno de los solteros de oro de la realeza.
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Su visita a Washington nos dejó instantáneas para el recuerdo. A su llegada, sus fans sacaron teléfonos móviles o cámaras de fotos para inmortalizar este momento que, sin duda, jamás olvidarán. Algunas se colocaban bien el pelo, otras no podían evitar la emoción y daban saltos de alegría, otras ponían todo su empeño en que su vestido no tuviera ni una sola arruga, y otras preferían mantener los ojos puestos en 'su príncipe' por si acaso daba la casualidad de que él les devolvía la mirada y surgía ese flechazo que ha sido el inicio de muchas historias de amor.
Después de cumplir con su cita para tomar el té con la esposa del presidente de los Estados Unidos, Michelle Obama, Harry continuó con los actos previstos en su agenda. El hermano del príncipe Guillermo continuó con una ofrenda floral a la tumba del soldado desconocido en el cementerio nacional de Arlington (Virginia), donde, una vez más, estuvo 'escoltado' por una gran multitud en la que jóvenes y no tan jóvenes esperaban ansiosas para verle por fin en carne hueso. De nuevo, las cámaras y los teléfonos móviles acompañaron al príncipe durante todo su recorrido, además de muchos gritos y aplausos.
Después, Harry visitó a veteranos heridos en combate en el centro militar Walter Reed, donde se interesó por cómo estaban llevando su recuperación, además de contarles alguna que otra de sus experiencias mientras estuvo en Afganistán.
La inauguración de los llamados 'Warrior Games' (Juegos del Guerrero), un evento deportivo que reúne a más de 200 soldados heridos en servicio, fue la siguiente parada del hijo de Carlos de Inglaterra. Harry, que aseguró que estos juegos son especiales para él después de haber servido en Afganistán, llegó al Centro Olímpico de entrenamiento de Colorado Springs y allí, además de pasárselo en grande jugando un partido de vóleibol, nos mostró su lado más entrañable al acercarse a saludar a una madre que llevaba en brazos a su hijo de 10 meses. 'Encantado de conocerte. ¿Quién es este niño?', fueron las palabras del príncipe, según explicaron los padres a los medios. 'Nos dijo que tenía mucho pelo para ser tan pequeño', declararon, y añadieron: 'Es maravilloso con los niños. Va a ser un gran tío'.
Durante estos días, al príncipe Harry también le dio tiempo a cumplir el 'sueño' de la nadadora Missy Franklin, que ganó cuatro medallas de oro y una de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y le cantó el 'Cumpleaños feliz' en una fiesta que tuvo lugar en Colorado. La protagonista del día se quedó boquiabierta al ver a Harry, y casi no pudo articular palabra hasta pasados unos minutos, cuando empezó a creerse lo que estaba pasando. '¿La mejor forma de celebrar mi 18º cumpleaños? ¡Conociendo al príncipe Harry!', escribió la deportista en su perfil de las redes sociales. 'Fue un honor conocerle y me lo pasé genial, como siempre', añadió.
El fin de semana, Harry igualmente visitó el centro de entrenamiento para futbolistas de la Academia de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, donde protagonizó un divertido momento al participar en la formación de una pirámide humana junto a un grupo en el que se encontraban unas animadoras, que se mostraron encantadas de tenerle junto a ellas.
Su siguiente parada le lleva a la costa este del país, donde visitará en Nueva Jersey las zonas que quedaron destrozadas por el huracán Sandy, y participará en un partido de polo benéfico en Connecticut.
