¿Existe un mejor accesorio y complemento para nuestros looks que un diamante? La respuesta es “no”. Bien dicen por ahí que estas gemas son los mejores aliados de una mujer y es que grandes mujeres de la historia como Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Grace Kelly o la Princesa Diana han demostrado que portar joyería con diamantes es lo único que se necesita para crear un outfit inolvidable. Y, a pesar de que existen muchos estilos, cortes y maneras de portarlos, hay una tendencia creciente que promete convertirse en la opción ideal para los amantes del minimalismo: los collares “floating diamonds”.
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Las grandes musas de Hollywood, de la música y de la realeza han sobresalido por llevar piezas de joyería maximalistas con gemas llamativas y en tamaño XL. Basta con ver los grandes collares que llevaba Elizabeth Taylor en su juventud o los grandes collares que caracterizaban a Audrey Hepburn. Sin embargo, de un tiempo para acá, la tendencia se ha inclinado por un giro mucho más minimalista y femenino donde menos es más.
¿Qué es la tendencia floating diamonds?
Tal como su nombre lo indica, los collares de diamantes flotantes son el equivalente de los anillos en solitario pero en collar. Estos sobresalen por una cadena, gargantilla o cadena delgada y minimalista con un diamante central colgando. Portar estos collares es el antítesis de la joyería XL que hemos visto a la alza en los últimos años, tanto en pasarelas como en las celebridades.
La historia de esta tendencia se remonta a algunos años atrás cuando casas joyeras como Cartier o Tiffany comenzaron a exaltar la elegancia y el romanticismo a partir de piezas mucho más delgadas y discretas -pero no por eso menos lujosas. Con esta introducción al mundo de las joyas fue que las mujeres comenzaron a explorar esta nueva tendencia que apostaba por joyas mucho más pequeñas pero que eran capaces de elevar a la perfección todo tipo de prendas.