La moda es arte pero también es una industria que, como cualquier organización, experimenta cambios y rotaciones. Las marcas, al estar vivas, necesitan ir evolucionando con el paso del tiempo y, por eso es que los directores creativos de cada una de ellas cambian. El año pasado fuimos testigos de diversas transformaciones en el liderazgo de las firmas como Alberta Ferretti dejando su firma homónima o Sabato De Sarno tomando las riendas de Gucci. Otro de los cambios que más nos sorprendió en su momento fue la despedida de Pierpaolo, quien había estado al frente de Valentino por 15 años.
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Esta salida trajo consigo muchas dudas e intrigas respecto al futuro de la firma que ha logrado mantener un estilo consistente a lo largo de los años y de las diferentes colecciones. Después de diferentes rumores se confirmó que Alessandro Michele, quien acababa de dejar Gucci, se estaría integrando a Valentino como la nueva mente brillante al frente. Y, tras mostrar un pequeño vistazo de lo que sería esta nueva era de Valentino con una campaña para Resort 2025 donde nos mostró que Valentino comenzaría a entrar a una etapa divertida y exploradora. Sin embargo, su verdadero debut en una de las pasarelas de más prestigio se dio el día de ayer en el neoclásico Palais Brongniart para la Semana de la Alta Costura en París.
La colección debutante de Alessandro Michele para Valentino
Los desfiles de Valentino siempre se caracterizaban por una elegancia vibrante y majestuosa que se dejaba ver en la forma de vestidos de tejidos gruesos y elegantes en colores como el rosa, el rojo, el verde o el morado. Detalles en plumas, motivos florales y atuendos voluminosos también eran parte importante de las colecciones de la firma; en especial de las de Alta Costura. Sin embargo, la llegada de Alessandro Michele nos permitió intuir que la nueva era de la firma estaría caracterizada por el maximalismo que pudimos ver en Gucci. Y no estábamos equivocados.
El primer desfile de Michele se convirtió en un espectáculo visual donde las líneas entre el arte de la Alta Costura y el arte del disfraz y la caracterización se borraron para dar vida a una serie de looks donde la realidad y la fantasía dejaron de existir al menos por unos minutos.
Guiños culturales
La entrega estuvo rodeada de referencia a diferentes culturas y tradiciones alrededor del mundo empezando por la icónica máscara de luchador que se ha convertido en un símbolo de la cultura mexicana. También pudimos ver tejidos orientales que bien pudieron estar inspirados en la cultura japonesa, coreana o en costumbres de la India. Penachos, plumas y sombreros se incluyeron en algunos de los looks.
Viaje en el tiempo
Otro de los detalles que más pudo notarse dentro de la entrega fue que Michele nos llevó por un viaje temporal alrededor de muchos periodos en la historia hasta conseguir que ninguno sobresaliera y quedara la sensación de encontrarnos en una especie de limbo atemporal. Vestidos dignos de la época victoriana convivieron con piezas mucho más góticas y barrocas.
Maximalismo
Si Valentino ya podría ser considerada como una firma extravagante y maximalista, Alessandro Michele llegó para demostrarnos que no habíamos visto aún todo. El creativo consiguió superar los límites de lo exótico al crear juegos de estampados poco convencionales, vestidos con gigantescas crinolinas para dar un volumen fuera de lo normal, joyería radiante y de buen tamaño y una combinación de texturas y colores que impresionó.
El arte del caos
En palabras del propio creativo, y citando a Umberto Eco, una de sus principales búsquedas a través de la colección fue poder inspirarse en el concepto de las “listas” y tratar de ordenar un poco el caos de todo lo existente en el universo. Por eso es que la colección se sintió como una especie de poesía sin orden con referencias a William Shakespeare, Maria Antonieta, Sigmund Freud y más.
Diseño teatral
El desfile se terminó sintiendo como una puesta en escena pues es innegable que cada uno de los looks lleva su propio formato de dramatismo. Este detalle es más que intencional pues la madre de Michele era diseñadora de vestuario por lo que esta inspiración es clara a lo largo del desfile. Es así que Alessandro nos plantea la pregunta: ¿Qué tanto se parece la moda al teatro?