El 22 de enero de 2005 pasó a la historia como el día en el que el magnate estadounidense Donald Trump uniría su vida a la modelo eslovaca Melania Knauss en la que sería la tercera boda de él y la primera de ella.
Su historia no puede ser contada sin hablar de los fallidos matrimonios del popular empresario, conocido principalmente por su fructífera carrera en la construcción y bienes raíces. En 1977, Donald contrajo nupcias con su primera esposa, una checa de nombre Ivana, con quien tuvo sus tres primeros hijos: Donald, Ivanka y Eric.
Tras 15 años juntos, decidieron separarse en 1992 y el 20 de diciembre de 1993 Trump llegaría nuevamente al altar, ahora del brazo de Marla Maples, con quien se casó en el mítico The Plaza Hotel, una de las propiedades del empresario. Junto a su segunda esposa, Donald hizo crecer la familia y tuvo una hija más, Tiffany Trump. Luego de 4 años, la pareja decidió separarse y 24 meses más tarde, en 1999, se puso el punto final a su historia como pareja.
Entre su distanciamiento y la recepción del documento que hiciera oficial el divorcio con la también exmodelo, en 1998 una joven que rondaba los 30 años cautivó al magnate durante uno de los muchos eventos alrededor de New York Fashion Week. Se trató de Melania Knauss, una modelo proveniente de Europa del Este cuya belleza enamoró a uno de los hombres más ricos de Estados Unidos.
Desde entonces, se empezó a escribir la historia de la ahora pareja presidencial, la cual vivió sus nupcias el 22 de enero de 2005, luego de algunos años de noviazgo. La boda se celebró en la iglesia episcopal Bethesda by the Sea, ubicada en Palm Beach, Florida, y, sin duda, uno de los puntos más destacados de esta unión fue el vestido de novia de la señora Trump. Aquí te contamos algunos detalles de esta pieza escultórica.
Así fue el impresionante vestido de novia de Melania Trump
Tras una jornada muy emocionante en la que Donald Trump regresó a la Casa Blanca para su segundo periodo como presidente de Estados Unidos, el político de 78 años compartió una imagen para celebrar sus primeros 20 años al lado de la guapa Melania, (con quien el presidente tuvo a su quinto hijo, Barron). Esta instantánea nos hizo recordar todo sobre aquel sábado, el cuarto desde el inicio del 2005 y en el que ambos dijeron “sí, acepto” ante sus decenas de invitados.
Al hablar de una boda tan opulenta como la del multimillonario y su tercera esposa, algo que siempre llamará la atención es el vestido de novia y, en este caso, es aún más relevante debido a la carrera de la exmodelo, pues para este día debía lucir muy especial y, aceptémoslo, lo logró con creces.
Como toda buena novia de sociedad, una vez que recibió su anillo de compromiso durante la MET Gala de 2004, un propósito se instaló en la mente de Melania: conseguir el vestido más especial. Por eso, durante su búsqueda, se trasladó a París para vivir la semana de la alta costura en julio de ese año.
Entre los múltiples eventos de moda, Melania recorrió con la mirada las distintas colecciones de firmas como Chanel, Valentino y Dior, siendo esta la que más captó su atención, pues el entonces director creativo de la maison francesa, John Galliano, había creado una colección inspirada en la moda de la emperatriz Sissi de Austria, con piezas dramáticas de encanto gótico y romántico.
Melania fue captada durante el desfile en el que también estaba invitada la primera esposa de su futuro marido y, luego de seleccionar la pieza nupcial más protagónica, se reunió con el diseñador, quien creó una nueva versión de su vestido, un poco menos decorada, pero con la misma calidad y enfoque en los detalles.
Aunque no hay certeza del valor monetario que tuvo realizar esta prenda artesanal en la que se trabajó por más de mil horas, ha trascendido que habría superado los 100 mil dólares, por lo que estaría entre uno de los vestidos más costosos de la historia, eso sí, valió cada centavo, pues se trató de una escultura de satín de seda con 1500 diamantes y perlas bordados a mano.
Con la intención de no lucir tan clásica, algo que también destacó en este estilismo de Melania fue la falta de ramo, y es que la eslovaca prefirió lucir en su mano un rosario familiar que decoró con algunas discretas flores blancas. Así mismo, brilló en su cuello un accesorio de ensueño, un opulento collar de diamantes que deslumbró a sus invitados, entre los que destacaron Heidi Klum, Richard y Kathy Hilton, Billy Joel y Tony Bennett.
A pesar de ser uno de los vestidos más especiales, este no fue el único look con el que la ahora primera dama celebró su unión con el magnate, pues al ser una pieza tan especial, también era poco cómoda, así que para la fiesta cambió su look por una pieza más ligera, pero igual de especial, de Vera Wang.