Hace unas semanas, en la lejana Noruega, la princesa Marta Luisa celebraba su enlace nupcial con el empresario y terapeuta alternativo estadounidense Durek Verrett. Meses antes fue el momento de la unión entre el multimillonario duque de Westminster, Hugh Grosvenor y la guapa Olivia Henson. Con estas y todas las bodas reales, algo nos ha quedado claro, somos unos enamorados del amor ¡y de las joyas!
¿Qué tienen estas uniones que nos encantan? Alrededor de ellas se genera un halo mágico digno de cuentos de hadas que se forma desde el momento en que se pronuncia la que, para muchos, será la pregunta más importante de sus vidas. Antes del romántico "sí, acepto", hay un ritual obligado, cuando el hombre se pone en una rodilla y muestra a su amada el símbolo de su compromiso: una sortija que automáticamente se convierte en la pieza más valiosa en cualquier historia de amor.
Esta tradición se le atribuye al archiduque Maximiliano I de Habsburgo, quien, según la leyenda, fue el primer hombre que entregó una lujosa alhaja a su prometida, María de Borgoña. Independientemente de la fiabilidad de este dato, es un hecho que las mujeres de la nobleza son quienes han recibido las argollas más espectaculares y por eso aquí les presentamos un recuento de los finos anillos que hacen soñar a cualquier mujer con la llegada del príncipe azul.
Estos son los anillos de compromiso más relevantes de la realeza
Entre las sortijas más famosas de la realeza, se encuentra la que el príncipe Raniero III de Mónaco entregó a la legendaria Grace Kelly. La actriz originaria de Pensilvania unió su vida al Monarca tras recibir de él una conservadora alianza de Cartier, de platino, con un diamante talla esmeralda superior a los 10 quilates y dos diamantes "baguette" más pequeños.
La reina Margarita de Dinamarca, quien a principios de este año abdicó del Trono, puede lucir uno de los anillos más grandes y ostentosos de la realeza, una joya que recibió en la década de los sesenta y forjada por Van Cleef & Arpels. El difunto rey Enrique —conocido por sus opulentos gustos— obsequió a su mujer un anillo con dos enormes diamantes. Hasta la fecha ella continúa portando la histórica pieza.
En julio de 1981, el mundo se paralizó para celebrar la unión del entonces heredero al trono británico, el príncipe Carlos, y la más popular de las princesas, Diana de Gales. Cinco meses antes de esta boda, el anuncio de su compromiso fue evidenciado por la original sortija que Lady Di había recibido: una joya firmada por la casa Garrard, responsable de crear gran cantidad de alhajas para la familia real británica.
El anillo, de oro blanco, incluía un zafiro de 12 quilates flanqueado por 14 diamantes. No extraña que haya sido una de las piezas favoritas de la princesa, quien, aun después de haberse divorciado de Carlos, siguió usándolo. Años más tarde, esta alianza pasó a pertenecer a sus hijos, así que volvió a ser lucida ahora en la mano izquierda de la actual princesa de Gales, Kate Middleton. Kate también la recibió como símbolo de su compromiso con el príncipe William.
Cinco años después de la boda del ahora Rey con Diana Spencer, fue turno del hermano menor de Carlos, el príncipe Andrés de York, quien prometió amor eterno a Sarah Ferguson, entregándole una joya igual de especial y llena de simbolismo. Como la de su concuña, esta argolla incluyó una piedra preciosa distinta del diamante: un rubí birmano que, de acuerdo con el novio, había sido su elección para que armonizara con el cabello rojo de su prometida.
Más recientemente, en 2001, Países Bajos acogía a quien hoy es su reina, la argentina Máxima Zorreguieta. El entonces príncipe Guillermo Alejandro propuso matrimonio a su novia, regalándole una sortija muy original, pues en el centro cuenta con un diamante naranja que honra al apellido del actual monarca neerlandés.
Por su parte, Mary Donaldson y Federico de Dinamarca también vivieron su momento de cuento de hadas cuando el heredero al trono danés pidió la mano de la australiana con un anillo que rinde homenaje a la nación que hoy dirigen ambos.
Eugenia de York y Marta Luisa de Noruega son dueñas de sortijas con piedras de tonos muy originales. La inglesa, nieta de la Reina Isabel II, se comprometió en 2018 con el empresario Jack Brooksbank, quien le dio un anillo cuya piedra central es un zafiro "padparadscha", un espécimen muy particular de tono entre naranja y rosa.
Mientras tanto, tras la disolución de su primer matrimonio, en 2017, la hermana del príncipe Haakon —heredero al Trono noruego— volvió a comprometerse, en 2022, con un chamán estadounidense, quien decoró la mano de su amada con una alianza donde destacan una esmeralda brasileña y 19 diamantes; hace apenas unas semanas se dieron el sí en una espectacular boda en la que estuvo presente la familia real en pleno.