Dior lo hizo de nuevo: nos robó el aliento. En esta temporada donde en las calles vemos las tendencias de primavera-verano y estamos con la expectativa de lo que deparará para otoño-invierno, las grandes marcas de lujo nos están regalando un ligero respiro a través de sus colecciones crucero que se han convertido en el intermedio perfecto entre grandes temporadas. Chanel, Gucci y Louis Vuitton son solo algunas de las firmas que se han dado a la tarea de ofrecernos una colección crucero que ha robado la atención de cientos de personas. Ayer fue el turno de Dior -con un front row repleto de celebridades como Jennifer Lawrence- y el resultado no decepcionó en lo absoluto.
Los desfiles crucero: un refresh en la moda
Sabemos que la moda suele dividirse en dos temporadas principales: primavera-verano y otoño-invierno. Sin embargo, ¿qué sucede con el resto del año y de las transiciones entre estaciones? Bajo esta duda, sumada a las necesidades de un grupo específico de personas, es que se crean las colecciones crucero, o resort. El origen de estos desfiles data de mediados del siglo XX cuando las grandes firmas comenzaron a notar que sus clientes distintivos buscaban prendas que pudieran utilizar para su vacaciones y travesías por el mundo. En general, los consumidores buscaban looks que se adaptaran a climas cálidos en meses donde el frío comenzaba a aparecer por lo que se necesitaban diseños distintos a las colecciones principales.
Es así como el término “crucero” o “resort” nace para invitar a las marcas y diseñadores a crear piezas pensadas en los viajes y aventuras alrededor del mundo. Por lo mismo, estos desfiles suelen tener lugar en escenarios impresionantes que invitan a las personas a explorar la diversidad cultural. En pocas palabras, las colecciones crucero consiguen transportarnos contra tiempo y fronteras.
© ADRIEN DIRAND/DRUMMOND CASTLEAsí fue el desfile Crucero de Dior
Escocia fue el lugar elegido por la maison para presentar lo que sería un desfile lleno de fantasía y referencias románticas. Particularmente, el venue seleccionado fue nada más y nada menos que el castillo Drummond; considerado uno de los recintos con los mejores jardínes del país. Fue rodeado de estos arbustos y vegetación digna de la realeza que Maria Grazia Chiuri nos sorprendió con su colección. Desde el primer look es clara la influencia que tuvo la cultura escocesa en los diseños de la firma pues el estampado clásico escosés de cuadros se hace presente en un gran porcentaje de los atuendos.
Faldas largas, vestidos camiseros, abrigos y pantalones son solo algunas de las prendas con este estilo que destacan. Sin embargo, Dior otorga guiños contemporáneos a las mismas agregando cinturones de piel, chokers con estoperoles, guantes de cuero y zapatos chunky a los looks para dar una esencia mucho más disruptiva.
Por otro lado destacan looks con esencias renacentistas y románticas que encajan a la perfección con el venue seleccionado. Largos vestidos de encaje y red se unen a accesorios dorados que adornan la cabeza y el cuello de las modelos, haciéndolas lucir como verdaderas protagonistas de la realeza.
