Mauricio Espinosa Tcherassi y Mariel Salazar se dieron el “sí quiero” en una boda de cuento de hadas en el pueblo mágico de San Miguel de Allende, en México. Mauricio, director de operaciones de Silvia Tcherassi, e hijo de la reconocida diseñadora, habría conocido a su actual esposa en el 2021, después de que ella entablara una breve amistad con su madre durante una visita a su boutique de Coral Gables. Casi podría decirse que la moda, fue lo que los unió. Tras un par de años de noviazgo, Mauricio le pediría matrimonio a Mariel en Italia para posteriormente darse la promesa de unión eterna en una ceremonia de tres días donde amigos, familiares, mariachis y la cultura colombiana y la mexicana se unieron para celebrar uno de los amores más grandes de los últimos años.
Pero a pesar de que la celebración fue una para los libros de historia, no podríamos hablar de la unión de uno de los herederos más grandes de la industria sin abordar el tema de la moda. Y es que, al final de todo, su madre Silvia Tcherassi, fue la autora intelectual de los magníficos looks que Mariel Salazar vistió antes, durante y después de la ceremonia. Nos dimos a la tarea de repasar todos los diseños que lució la novia y platicamos con la diseñadora para que nos contara todo sobre el estilismo de ese gran día.
Día 1: El look de bienvenida
La novia vistió Silvia Tcherassi en todo momento, hecho que no sorprende a cualquiera que haya tenido la oportunidad de presenciar un vestido hecho a la medida por la reconocida diseñadora. “Mi relación con Mariel es una relación abierta, transparente y respetuosa. Yo los presenté y me encantó desde el comienzo desde todo punto de vista. Ella viene de un hogar muy lindo, con muchos valores, con un espíritu empresarial, con una conexión con Italia, entonces existen muchas afinidades. Y desde el comienzo las dos familias se llevaron muy bien”, expresó Silvia, quien declara, comparte muchos gustos y afinidades con la ahora esposa de su hijo.
El amor que comparten ambas por el hermoso país europeo se vio reflejado en muchos detalles durante la boda, en especial en el atuendo elegido para el día uno de la celebración. Durante la fiesta de bienvenida, Mariel optó por un cinturón estilo boho y unas botas de cuero doradas de la diseñadora italiana Gia Borghini, las cuales estaban personalizas con sus iniciales a los costados. El look fue un maxi vestido de crochet color blanco diseñado por su suegra, que contaba con unas delicadas mangas largas y un cuello redondo que la hacía lucir elegante y estilizada. Una tierna pulsera hecha a mano con el nombre de Mauricio fue el toque final de un look perfecto para disfrutar de una romántica velada.
Día 2: un vestido de impacto
Al día siguiente, la agenda cubriría un par de eventos que requerirían un guardarropa más elegante y detallado: el ensayo y el cóctel. Para combinar y hacer sinergia con su entorno (un hermoso campo de lavanda en el Hotel Rosewood), Mariel optó por un romántico vestido largo de corte strapless en tonalidades pastel y con detalles de lentejuelas. ¿El accesorio por elección? Un divertido clutch personalizado de la diseñadora Olympia Le Tan. El peculiar bolso en forma de libro contaba con un bordado que leía la leyenda “El matrimonio de Mariel y Mauricio”; replicando el mismo diseño que se utilizó en los ‘save-the-dates’ de la pareja, donde los impactantes cipreses que los enamoraron durante el scouting de la locación, hicieron una aparición especial.
En cuanto a las joyas, Mariel no dudó en deslumbrar con su elección. La novia se decantó por piezas de su amiga diseñadora Patricia Robalino, que incluían unos aretes con incrustaciones de pavé de rosas en oro blanco de 7 quilates y 18 quilates que iban a juego con un collar tenis de 9 quilates con diamantes redondos. Definitivamente la cereza del pastel de un look digno de cuento de hadas.
Día 3: La moda, como el arte
Para el gran día, Mariel lució un magnífico vestido de encaje con bordados y apliques florales diseñado por su suegra. Un escote en halter dejó a relucir su espectacular figura, mientras que la espalda descubierta aportaba un toque seductor y misterioso. Con una amplia falda larga y un clásico velo blanco, la novia fue la protagonista de una historia de amor que destacó por su elegancia y sofisticación. Platicamos con Mariel Salazar y Silvia Tcherassi sobre cómo fue la planeación y ejecución de este deslumbrante atuendo, que más que una prenda, podría ser una obra de arte.
“El resultado es un vestido timeless, hoy puede verse bien y en 25 años, va a seguir siendo vigente”. - Silvia Tcherassi -
El novio y el gran día
“Cuando se abrieron las puertas de la ceremonia y vi caminar a Mariel hacia el altar, fue como si literalmente se estuvieran abriendo las puertas del cielo”. Fueron las palabras de Mauricio al describir lo que sintió al ver a su esposa en su vestido de novia por primera vez. Y aunque los looks del novio fueron clásicos y conservadores, fueron los detalles que lució durante la ceremonia los que se llevaron todo el protagonismo.