Tres días fueron suficientes para que la reina Letizia de España desplegara los outfits ad hoc para cada una de las actividades programadas en este corto, pero muy sustancioso viaje de Estado a Dinamarca en el que acompañó a su esposo, el rey Felipe.
A sabiendas de que cada detalle cuenta, en cada una de sus apariciones en Dinamarca, la esposa del rey Felipe ha puesto especial atención en los accesorios con los que customizó sus siempre elegantes y atinados looks. Una notoria y cuidadosa selección de joyas que lució frente a las cámaras; algunas de ellas pertenecientes al joyero real.
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Cinco looks con los que Letizia dio prueba, una vez más de lo útil que resulta el reciclar sus outfits favoritos, sin dejar pasar la oportunidad de rendir un sutil homenaje al país anfitrión a través de los colores de su bandera.
Los outfits con los que la reina de España “conquistó” Dinamarca
Un arribo digno de recordar
Para su llegada a la Terminal Villhelm Luritzens del aeropuerto de Copenhague, la reina apostó por un vestido rojo de Carolina Herrera de manga larga con cuello redondo. Un modelo que lució en 2018 demostrando que hay prendas que no pasan de moda como su abrigo tipo batín de Other Stories que llevó ante la cada vez más cercana entrada del invierno, prendas que al combinarse rindieron homenaje a los colores de la bandera danesa.
Los complementos perfectos
Como complemento del vestido rojo, la reina Letizia lució unos aretes en forma de paloma propiedad de la reina emérita doña Sofía. La primera vez que la esposa del rey de España presumió estos llamativos pendientes fue en 2017 durante su visita a Japón y repitió dos años más tarde, en 2019, en Seúl.
Una cena de reyes
Luego de un breve descanso desde su llegada al Palacio de Christiansborg, los reyes de España atendieron la invitación de la reina Margarita a la cena de gala celebrada en este mismo lugar.
En punto de las 8:00 pm, Letizia aparecía del brazo de su esposo, el rey Felipe de España luciendo un vestido de Felipe Varela, el diseñador español en el que la reina ha depositado su confianza por años para vestirla en importantes ocasiones.
Un diseño con escote redondo, cuerpo encorsetado, falda acampanada y ricos bordados con forma de hojas en hilo y cristal en tonalidades marino, Prusia y zafiro que forma parte de su armario desde 2015.
Joyas con historia
Para coronar este imponente look, la reina portó orgullosa la tiara Flor de Lis, una joya confeccionada en platino y brillantes con charnelas que simulan la flor de la dinastía borbónica de la que se deriva su nombre.
Creada en 1906 por la firma española Ansorena, la pieza rivalizó en protagonismo con los pendientes de zafiros creados por la reina emérita.
Letizia añadió una de las pulseras gemelas de Cartier, que nacieron de una antigua y pequeña corona a la que la reina Victoria Eugenia decidió darle una segunda vida, culminando así este look de gala.
Verde, el color de la esperanza
Para hacer frente a la temperatura matutina en Copenhague que oscila entre los 0 y 6°C, la esposa del rey Felipe optó por un abrigo tipo batín de Carolina Herrera que más tarde gracias a la mejoría del clima dejó ver el tesoro que escondía debajo.
Un vestido en color verde esmeralda de largo midi con mangas abullonadas de la marca española Dándara. Un cómodo look con el que Letizia, en compañía de la princesa Mary visitó el hospital infantil Mary Elizabeth, centrado en niños, adolescentes, mujeres embarazadas y sus familias.
Un continuo tributo a su suegra
Las joyas elegidas volvieron a ser un tributo para la suegra de Letizia, quien recuperó los pendientes de Esmeraldas que llevó por primera ocasión en 2006, cuando los reyes Juan Carlos y Sofía ofrecieron una cena de gala al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y a su esposa Liudmila.
Elegancia en negro
Durante su estadía en Dinamarca, la reina de España aprovechó la ocasión para estrenar un vestido de lentejuelas negras, con escote en pico y largo midi , de la firma Rotate.
Un total look que complementó con abrigo tipo batín de Mango, su clutch al tono de Lambertson Truex y sus salones con detalles transparentes de Manolo Blahnik, que le permitieron recorren la exposición Joaquín Sorolla- Luz en movimiento en el museo Gliptotteca Ny Carlsberg sin caer en la disyuntiva entre elegancia y comodidad.
Piezas de joyería con tradición
En la cena posterior a esta actividad cultural pudimos apreciar con mayor detalle las joyas con las que la monarca acompañó este look.
Unos pendientes en talla orla montados en garra y rodeados de piedras más pequeña que pertenecían a la reina Victoria Eugenia.
La estilosa despedida
Con el mismo ímpetu con el que aterrizó, Letizia se despidió de los daneses llevando un look más fresco, pero no por ello menos estiloso.
Sumándose a la tendencia del color rosa chicle que ha logrado vencer el verano y se sigue posicionando como uno de los tonos favoritos para este otoño, la reina de España lució un abrigo de Carolina Herrera, que poco dejó ver el vestido camisero de crepé blanco y botones nacarados, de Ralph Lauren que portaba por debajo.
Menos es más
Los accesorios, aunque más discretos volvieron a dar en el clavo. En esta ocasión Letizia desistió de las piedras preciosas para lucir unos pendientes elaborados en plata de ley y bañados en oro de 18 quilates, de la firma española PDPAOLA.
El complemento perfecto para concluir esta visita en la que como dicta la tradición danesa desde 1841, los reyes plasmaron su firma en uno de los cristales de los ventanales del Palacio de Christiansborg con un bolígrafo de punta de diamante con el que dejaron constancia de la fecha de su visita