En una boda de ensueño, rodeados de sus seres más queridos y con el amor como protagonista, Jennifer Lopez y Ben Affleck se dieron el “sí, acepto” este sábado en una ceremonia celebrada por todo lo alto en la finca de casi nueve millones de dólares del actor en Riceboro, Georgia. La pareja soñaba con este gran momento desde hace casi 20 años, cuando se comprometieron por primera vez, cumpliendo un sueño del corazón con una fiesta planeada meticulosamente. Cada detalle estuvo guardado como un gran secreto, pero ninguno como el vestido de novia con el que la cantante juraba amor eterno -por segunda vez- al hombre de su vida.
Para poner el broche de oro a su relación, JLo llevó un vestido de Ralph Lauren couture hecho en Italia. La novia brilló con un tono blanco en el diseño de manga corta con volantes y cuello redondo. Un estilo de corte sirena, descubierto en la espalda y con holanes en la parte inferior que daba paso a una cola cubierta por el largo velo que ayudaron a cargar los hijos de ella, Max y Emme, acompañados por una de las hijas de él, Seraphina.
Ben, al igual que su esposa, llevó un traje blanco que resaltaba por la corbata de moño negra que hacía juego con los pantalones. Un look bastante sobrio pero lleno de elegancia como se esperaba de parte de la pareja que a mediados de julio se escapó a Las Vegas para tener una primera boda mucho más íntima con un mínimo de invitados, incluyendo a los hijos de la también actriz tuvo con Marc Anthony durante su tiempo casados.
El ramo, hecho sólo de flores blancas y con una cascada de hojas, completó el ajuar de la novia, quien llevó un peinado recogido que decoró con la parte más llamativa del velo y que, al mismo tiempo, dejó al descubierto su cara. Como accesorios, la Diva de Bronx llevó pendientes de diamantes y el gran anillo de compromiso con el que Ben le propuso matrimonio por segunda vez a principios de abril pasado.
Un código de vestimenta para un día tan especial
El color blanco reinó en la boda de JLo y Ben Affleck este sábado en el que los novios pidieron a todos los invitados y asistentes que vistieran sólo de color blanco, incluyendo a los fotógrafos y a los integrantes del staff. A lo largo de la celebración pudimos ver que todo estaba decorado de blanco, desde la reluciente alfombra por la que los novios caminaron hacia el altar, hasta las flores que decoraban la casa de Ben, ese mismo lugar en el que ambos soñaban con jurarse amor eterno desde hace casi dos décadas.
Aunque son pocas las fotos que hemos podido ver de la celebración, el color blanco también reinó en los tranvías que llegaron a lugar de la fiesta. Si bien no se han revelado los detalles de este transporte, por la cantidad de los street cars podrían haber estado a la disposición de los invitados para ir del lugar de la ceremonia al de la recepción.