La polémica de Kim Kardashian por haber usado el vestido de Marilyn Monroe en la pasada Met Gala sigue dando de qué hablar. Ahora, un especialista ha determinado que la prenda en cuestión sí resultó dañada, luego de que la empresaria la llevara puesta en la exclusiva gala anual. Scott Forner, quien dice tener la mayor colección privada de archicos y artículos de la diva del cine, mostró “el antes y el después” del vestido de Monroe, dejando ver que sí fue dañado.
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Según el coleccionista, la prenda —famosa por ser la misma que Monroe usó para interpretar Happy Birthday al presidente John F. Kennedy— presenta algunas rasgaduras, además de que hay cristales que no están en el mismo sitio y otros que están a punto de caerse. “Ripley’s Believe It or Not! ¿valió la pena?”, se lee en uno de los posts publicados en el perfil de The Marilyn Monroe Collection, el cual está dirigido al museo en el que está expuesto el vestido en Orlando, Florida y que, supuestamente, está a cargo del cuidado de dicha pieza de valor histórico.
En otra publicación, se analiza la posición de las piedras: “Una comparación de fotos de antes y después con cristales perfectamente alineados. Y sí, es el mismo vestido en las fotos de antes y después”.
“Soy extremadamente respetuosa con el vestido y lo que significa para la historia estadounidense”, dijo a Kardashian a Vogue antes de la fiesta. “Nunca querría sentarme en él o comer en él o correr el riesgo de dañarlo y no usaré el tipo de maquillaje corporal que suelo usar”.
De acuerdo con Page Six, después de desfilar por la alfombra roja de la Met Gala, Kim se cambió de vestido y dejó el original de Jean Louis por una réplica. Sin embargo, el daño estaba hecho; unos minutos bastaron para que la icónica prenda, considerada por algunos como un tesoro nacional, sufriera desperfectos.
La doctora Justine De Young, profesor de moda histórica en el Fashion Institute of Technology (Instituto Tecnológico de Moda) comentó a People que el look de Kim en la Met Gala fue “irresponsable e innecesario”.
“Ella puede, y lo hizo, encargar una réplica que sería indistinguible del original. Una pieza tan icónica de la historia estadounidense no debe correr el riesgo de sufrir daños solo por un aumento del ego y una sesión de fotos”, agregó Young.
La doctora también se refirió a los comentarios que Kim hizo sobre las libras que perdió para entrar en el vestido. Según la empresaria, hizo una dieta tan estricta que bajó 16 libras en tres semanas, eliminando el azúcar y los carbohidratos para poder usar el vestido. “Hacer una dieta intensiva para usar el vestido original también es un mensaje desafortunado”, indicó.