Antes de que la pertinencia de una modelo se midiera en cantidad de seguidores y likes, en la década de los noventa se probaba la relevancia de una mannequin a partir del revuelo que generaban sus contoneos en la pasarelas y cuán emuladas eran sus poses y miradas en editoriales de moda y campañas publicitarias impresas en las más famosas revistas.
Ellas le pusieron rostro a la moda de los 90, y hoy seguimos admirando su belleza
Antes de que la pertinencia de una modelo se midiera en cantidad de seguidores y likes, en la década de los noventa se probaba la relevancia de una mannequin a partir del revuelo que generaban sus contoneos en la pasarelas y cuán emuladas eran sus poses y miradas en editoriales de moda y campañas publicitarias impresas en las más famosas revistas.
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Naomi, Cindy, Linda, Christy, Claudia. Pocas más. No era necesario pronunciar sus apellidos; ellas eran las únicas e irrepetibles supermodelos que, por un extraño consenso de facto, pasaron a ser imprescindibles en las pasarelas y promociones de las casas de moda más reputadas y uno que otro diseñador que prometiera, y así, forjaron la definición de belleza de una época con sus amazónicas apariencias, tanto como ahora lo hacen las populares influencers.
Tras haberse iniciado oficialmente el periódico de nostalgia por los 90, aquí pasamos revista a varios momentos en pasarela protagonizados por las mujeres que le pusieron rostro (y cuerpo) a la década.
La modelo inglesa Naomi Campbell ha demostrado que es la más top de todas las top models. No sólo al ser una de las primeras mujeres de color en desfilar para los diseñadores más famosos, sino al hacerlo con un contoneo que se convirtió en referencia.
Naomi se mantiene incluso hoy trabajando en pasarelas, revistas y campañas como modelo y también como editora, coach y cuanta posición de altura requiera la participación de una veterana de la moda que se mantenga relevante.
La capacidad de Linda Evangelista para moldear su apariencia le valió el apodo de ‘camaleona’, y su frase “ me levanto de la cama por menos 10 mil dólares” nos da una idea de lo altamente cotizada que era la presencia de la canadiense para aquellos estándares.
Junto a Campbell y Christy Turlington conformó ‘La trinidad’, un término acuñado por el fotógrafo Steven Meisel para referirse a las favoritas.
Christy Turlington ha sido descrita por Grace Coddington, por muchos años la directora creativa de la edición americana de Vogue, como ‘la mujer más bella del mundo’.
La modelo de ascendencia salvadoreña protagoniza el documental ‘Catwalk’ (1995), donde no sólo podemos percibir su encantadora y cercana personalidad, sino también una instantánea de cómo funcionaba el calendario de desfiles, campañas y presentaciones de la década.
Cindy Crawford empezó la década siendo una estrella que cuando no estaba agraciando las pasarelas internacionales, alternaba con su carrera como anfitriona de especiales televisivos. Su icónico look lo reconocemos hoy en el rostro de su hija Kaia Gerber, que sigue los pasos de su madre con el éxito propio de una modelo de nueva generación.
Con una belleza comparada con frecuencia a la de Brigitte Bardot, Claudia Schifferrompió records como la modelo con más portadas de revistas en su portafolio, amén de estar entre las favoritas de diseñadores como su paisano Karl Lagerfeld, que la eligió en múltiples ocasiones para el apreciado honor de cerrar los desfiles de Chanel y ser imagen de la maison.
Quizás su nombre no sea tan conocido ahora, pero en su momento Tatjana Patitz formó parte del grupo que se considera originó el terminó ‘supermodelo’, ya que su bello rostro encerrada cierto misterio y magnetismo que hacía imposible dejar de verla, mientras su estatuesca figura destacaba en la pasarela.
Tras haber representado a Copenhagen en el concurso de belleza Miss Universo de 1986, la modelo de ascendencia peruanaHelena Christensen inició una carrera que la llevaría a ser uno de los rostros más conocidos de la década de los noventa.
Salida de las filas del famoso concurso de belleza Miss Venezuela, la modelo de ascendencia guajira Patricia Velásquez forjó a pulso su propio camino como modelo en las principales capitales de la moda, donde su exótico look, amazónica complexión y gráciles movimientos le valieron el favoritismo de los diseñadores más importantes de los 90. Actualmente es una exitosa actriz, activista y empresaria.
Luego de pasar por una escuela de modelaje a los 15 años de edad, a los 17 Amber Valletta empezó a trabajar en sesiones fotográficas y desfiles. ¿Recuerdas el famoso vestido verde Jennifer López? Fue ella quien lo desfiló en 1999, entre otros grandes fashion shows, para luego probar con la actuación mientras continuaba su carrera como modelo.
La magnética presencia e intensa mirada le valió a Shalom Harlow un puesto prominente entre las modelos más cotizados de los 90 hasta bien entrados los dos mil, un prolífico período de tiempo que la puso en desfiles y campañas publicitarias de la talla de Alexander McQueen, Chanel, Marc Jacobs, y Versace.
Si bien Naomi Campbell se coronó como la gran modelo de color en la época, Alek Wek llegó a la escena a mediados de la década para ampliar aún más el espectro. Con su cabello al rape, complexión más oscura y rasgos propios de su natal Sudán del Sur, su imponente figura y elegante caminar resultaba sencillamente hipnotizante.
Puede que Carla Bruni no se haya ganado una corona real, pero tras haber sido una de las modelos más cotizadas de la década, la también cantante sí obtuvo el título de primera dama de Francia cuando su marido, Nicolas Sarkozy, fuese elegido presidente para el período 2007-2012.
Entre las modelos de los 90 predominaban dos características físicas: tendían a ser muy altas y de sensual complexión amazónica.
La inglesa Kate Moss llegó para romper con ese esquema con una estatura más promedio y una delgadez que la hacían lucir bastante juvenil; sin embargo, su personalidad ‘cool’, magnética y hasta divertida hizo que la industria de la moda no le pudiera quitar los ojos de encima, iniciando un nuevo prototipo que se convirtió en standard años más tarde.
Tyra Banks quizás hoy sea más conocida por su exitosísimo reality show America’s Next Top Model, pero su capacidad de cultivar el talento de quienes aspiran entrar en el competido mundo del modelaje se forjó a punta de experiencia.
Calificada en sus inicios como ‘La nueva Naomi Campbell’, lo que provocó que tuviera cierta fricción con su colega inglesa, se mantuvo por mucho tiempo como una de las pocas modelos afroamericanas en mantenerse entre las top, hasta que decidió girar sus pasos hacia el showbiz.
Los tiempos han cambiado, y a pesar de que el término ‘supermodelo’ ha caído en desuso y el éxito de las maniquíes se mide en likes, la referencia de aquellas grandes top models se mantiene vigente en nuestras memorias como un gran referente.
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