Sabemos que la moda evoluciona y se adapta a las necesidades de las personas, y en la actualidad una parte de la industria textil busca seguir satisfaciendo esas esas necesidades pero de forma más sostenible. Aunque parezca difícil de creer, la industria del la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, según datos de la ONU. Con la aparición del fenómenos conocido como fast fashion, donde las marcas ofrecen nuevas tendencias y productos cada semana, la ropa se ha convertido –en muchos casos– en un producto de usar y tirar, las personas consumen más y a precios más bajos.
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Con la fast fashion se genera más consumo de energía, agua, detergentes y otros productos que tienen un impacto ambiental, además de que, en muchos casos, las personas se deshacen de la ropa “usada” tirándola a la basura en lugar de colocarla en los contenedores adecuados, lugares de reciclaje o darla como donativo.
Otra alternativa es unirse a la moda circular, que no es más de alargar la vida de la ropa: remendar, alquilar, intercambiar las prendas para reutilizarlas. Pero la moda sostenible no solo tienen que ver con el cuidado del medio ambiente. Hay 2 elementos adicionales que la soportan: el bienestar social y el crecimiento económico. En la actualidad grandes marcas, casas de moda y reconocidos diseñadores, enfrentan el reto de adecuar sus colecciones a esta tendencia.
Los primeros involucrados
La firma de la británica Stella McCartney, es una de las precursoras y más fieles defensoras de la moda sostenible. Además, la diseñadora está totalmente en contra del uso de pieles y una de sus más recientes creaciones está hecha de viscosa y faux leather.
Por su parte, Salvatore Ferragamo diseñó toda una colección con cascaras de naranja gracias a su alianza con Orange Fiber; mientras que la cadena H&M produce nuevas prendas hechas con residuos de nailon ecológico y recibe textiles usados –de cualquier marca– para ser reciclados a cambio de dar descuentos en sus tiendas.
Más allá de la vestimenta
Pero la moda sostenible no se limita únicamente a la ropa. La compañías Bloom y VivoBareFoot , innovaron el mercado footwear con sus zapatos fabricados en derivados de algas marinas. Otra distribuidora revolucionaria es Piñatex, quienes han creado toda una línea de fashion accesories –bolsos, cinturones, billeteras, etc.– hechos con cascaras de piña.
Y si necesitas inpiración, ya que el color del 2020 es el azúl clásico de acuerdo a Pantone, se espera que diversas tonalidades blue estén presentes todo el año como una clara referencia a la conservación del agua y los océanos de nuestro planeta.
Recuerda, puedes formar parte de esta causa verificando las etiquetas de la ropa para saber cuáles son sus materiales, evitando el uso de cuero animal y llevando a reciclar lo que ya no uses… ¡Empieza a cambiar el mundo vistiendo la moda sostenible!