No importa qué look lleve, en dónde esté o qué clima haga… ¡esa joya no se la quita nadie! Ese es el caso del Príncipe Carlos, quien a pesar de distinguirse por no usar anillos, relojes y más, hay una pieza que lo ha acompañado a donde quiera que va por casi 50 años.
¿La pieza en cuestión? Un anillo redondo de oro que siempre lleva en el dedo meñique izquierdo y el cual lo ha acompañado desde su juventud, hasta en momentos memorables para el Príncipe como lo fue su boda con la Princesa Diana, el nacimiento de sus hijos así como el reciente enlace entre el Príncipe Harry y Meghan Markle.
Este anillo rompe la regla que siguen muchos hombres de la realeza, en la que optan por un estilo minimalista en joyería, usando la menor cantidad posible en los eventos oficiales o incluso en casa. Sin embargo, Carlos ha usado esta preciada pieza desde la década de los 70, cuando él estaba en sus 20, llevándola tanto a partidos de polo, así como fiestas y reuniones.
Pero… ¿por qué el Príncipe de 69 años nunca se ha separado -ni se separará- de esta joya? Todo por ser su anillo sello, llevando los símbolos oficiales del Príncipe de Gales, los cuales tienen más de 175 años de antigüedad. Este grabado es necesario para firmar documentos importantes, aunque también es conocido por dar un estatus social único así como de ser un elegante reflejo de la persona que lo lleva -que puede ser tanto hombre como mujer-.
¿Lo curioso? Es que el Príncipe ha elegido una manera bastante peculiar de combinar este anillo con el de compromiso: usando el último abajo del primero -y no en el dedo anular como se acostumbra-, algo que ha hecho tanto con la joya de su matrimonio con la Princesa Diana como con el de la Duquesa de Cornwall, dándole así mucha elegancia a su apariencia. Y tú… ¿te imaginabas que esa era la razón detrás de esta brillante pieza?