Día del croissant: tres maneras de comer esta delicia francesa

Pocas comidas son tan internacionales como la panadería francesa y el rey es el croissant, una pieza de pan muy simple compuesta por harina, levadura, un poco de azúcar y sal, y mucha mantequilla. Es en esta sencillez en la que radica su grandeza y popularidad, pues su sabor neutral lo convierte en el complemento ideal para una taza de café o chocolate caliente, pero también en el protagonista de un desayuno que puede ser dulce o salado.

Sobre su historia existen muchas versiones; quizá la más oficial cuenta que el croissant no surgió en Francia, sino en Austria; data del siglo XVII y, por si fuera poco, se dice que tiene origen heroico. A finales de los 1600, el Imperio Otomano cobraba fuerza en Europa conquistando algunos territorios antes protegidos por el Sacro Imperio Romano Germánico, pero cuando intentaron someter a Viena –una ciudad amurallada– su estrategia fue trabajar de noche para lograr su meta.

© Stockfood/The Grosby Group

Este cambio de horario en sus labores de conquista habría sido el causante de su derrota, pues al no saber que durante la noche también trabajaban los panaderos de la región, sus planes fueron descubiertos y, con las herramientas que tenían a mano, los artistas de la bollería austriaca sirvieron de alarma para que el ejército pudiera repeler este intento de conquista.

Como homenaje a esta batalla fue que se generó el croissant, cuyo nombre significa creciente y hace referencia a esta etapa en el ciclo lunar, misma que era la que aparecía en la bandera otomana. Con la formación de este pan realizado con masa hojaldrada (o feité) se simbolizó la derrota del imperio, pues los austriacos se comían un símbolo de gran importancia para quienes intentaron conquistarlos.

Así como esta, hay otras versiones de la historia, pero lo que en realidad importa es que el croissant, también conocido como medialuna en el cono sur de América o cuernito en otras partes del continente, es un pan tan rico y combinable que lo hace el bocado perfecto. Aquí te dejamos tres opciones que puedes preparar para celebrar el Día del Croissant, o si te hacen falta ideas para un desayuno delicioso o el mejor de los postres.

Croissant de desayuno

© Stockfood/The Grosby Group

Ingredientes:

• 1 croissant.
• 3 tiras de tocino.
• 2 huevos.
• 50 gramos de queso cheddar (2 rebanadas).
• Cantidad necesaria de sal.
• Cantidad necesaria de mayonesa
• Cantidad necesaria de mostaza Dijon.

Preparación: 

1. En una sartén pon las tres tiras de tocino y deja cocinar hasta que estén doradas.
2. Mientras se fríen en su propia grasa, bate dos huevos con un poco de sal.
3. Retira las lonjas de tocino y en la misma grasa que soltaron coloca el huevo batido. Puedes hacerlo revuelto o en estilo omelette y dejarlo tan tierno como prefieras.
4. Utiliza el tiempo que el huevo esté en el fuego para abrir por la mitad tu croissant y untar en cada una de las tapas una mezcla de mayonesa con mostaza Dijon.
5. Retira el huevo de la sartén y coloca, con la llama muy baja o apagada, la parte inferior del pan. Sobre esta, añade las tiras de tocino y posteriormente el huevo. Coloca las rebanadas de queso, el otro pan y puedes disfrutarlo así o dejar que se gratine un poco. 

Croffle

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Ingredientes:

• 1 croissant.
• Cantidad necesaria de mantequilla.
• Cantidad necesaria de jarabe de arce o maple.
• Cantidad necesaria de la fruta de tu preferencia.

Preparación:

1. Aunque parezca una locura, en una waflera coloca un poco de mantequilla en ambas planchas y posteriormente pon el croissant y aplástalo. Sí perderá su consistencia aireada y perfecta, pero vale la pena.
2. Déjalo por unos minutos, pero quédate atento, pues no queremos que se queme.
3. Sácalo de la waflera y colócalo en un plato, añade la fruta de tu preferencia (pueden ser frutos rojos o plátano) y báñalo de jarabe de arce o maple.

Croissant de almendras

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Ingredientes:

• 4 croissants.
• 100 gramos de mantequilla.
• 100 gramos de azúcar.
• 100 gramos de harina de almendra.
• 1 ½ cucharada de harina de trigo.
• 1 huevo.
• ½ cucharadita de extracto de almendra.

Preparación:

1. Pon la mantequilla en un bowl y, en baño maría, disuélvela junto con el azúcar.
2. Retira del calor cuando ya no haya cristales de azúcar y añade las dos harinas, el huevo y el extracto de almendra.
3. Bate vigorosamente hasta integrar muy bien. 
4. Deja enfriar por completo mientras rebanas a la mitad los croissants y colocas las partes inferiores en una charola para horno.
5. Rellena cada uno con la pasta de almendras, coloca la tapa y hornea durante 5 minutos a 160 °C (320 °F).