Existen los turrones, los bastones de caramelo, el fruit cake, los troncos navideños y el panettone, pero, así como estos dulces típicos de la temporada navideña que estamos viviendo, hay uno que es de los más fáciles de preparar y que, además, es sumamente especial, pues permite poner toda la imaginación en un solo proyecto.
Se trata de las galletas de jengibre, también conocidas como gingerbread; una delicia especiada y dulce que es ideal para preparar en familia en estos días en los que se tiene más tiempo en casa y en los que hay que enfocar la energía de los pequeños en algo divertido y apto para todos.
¿Cómo hacer galletas de jengibre?
Si bien es una receta realmente sencilla, hay algunos puntos en los que es importante poner atención, por ejemplo, la temperatura de la masa, pues aunque no es trascendental en cuanto al sabor, sí marcará la diferencia en términos de consistencia y estética, lo que para este tipo de galletitas es muy importante, ya que, además de ser deliciosas, lo que las hace más divertidas es que se pueden decorar.
Aquí te dejamos una receta infalible para hacer las galletas perfectas, eso sí, te recomendamos seguir al pie de la letra las instrucciones, para que en el horneado no se deformen y tengas un lienzo perfecto para plasmar todas las ideas que tengas con glaseado que, además, llevará tus creaciones a otro nivel de sabor.
Receta de galletas de jengibre y glaseado
Ingredientes:
- 140 gramos de mantequilla sin sal
- 50 gramos de azúcar
- 75 gramos de melaza
- 300 gramos de harina de trigo
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de jengibre en polvo
- 1 cucharadita de canela
- ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
- ½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
Para el glaseado:
- 500 gramos de azúcar glass
- Cantidad necesaria de agua
- Colorantes comestibles, preferentemente en gel
Utensilios:
- Batidora con pala (opcional)
- Rodillo
- Cortadores
- Papel encerado o tapetes de silicona
- Charolas
- Mangas pasteleras
Preparación:
- La melaza no es tan fácil de conseguir. Si no la encuentras, sustitúyela por una miel que harás colocando a fuego medio una barra de panela o piloncillo con un cuarto de taza de agua y una rama de canela. Déjala en la llama hasta que tenga consistencia pegajosa y, cuando esté lista, deja que alcance temperatura ambiente de manera natural.
- Coloca en el tazón de la batidora la mantequilla a temperatura ambiente y comienza a batir. Añade el azúcar y posteriormente la melaza o la miel (que debe estar perfectamente fría).
- Cuando tenga una textura uniforme y untable, agrega el huevo y el chorrito de extracto de vainilla y continúa batiendo.
- Aparte, mezcla la harina con el bicarbonato, el jengibre, la canela y la sal y pasa todo por un colador.
- Agrega poco a poco la mezcla de harina y especias a la de mantequilla y con la velocidad más baja de la batidora, deja que se incorpore. Todo este proceso también puede hacerse a mano o con una espátula, pero la batidora ayudará a agilizar los tiempos.
- Una vez tengas la masa tersa y homogénea, corta un trozo de papel encerado del tamaño de la charola que usarás para hornear y colócalo sobre la mesa de trabajo. Pon en el centro la mitad de la masa y, con el rodillo y mucha paciencia, extiéndela de en medio hacia adelante y de en medio hacia atrás hasta que logres un grosor de 5 milímetros.
- Con todo y papel, coloca la masa en la charola y, sobre otra lámina de encerado, repite la operación con la otra parte de la masa.
- Esto es muy importante. Una vez tengas listas las dos placas de masa, llévalas a refrigeración durante 30 minutos por lo menos.
- Una vez pasado el tiempo, elige los cortadores que quieras y corta las galletas; eso sí, sin importar la forma, procura que todas las que coloques en la charola sean de un tamaño similar y posiciónalas en orden y sobre papel encerado.
- Es momento de precalentar el horno a 180°C (356°F).
- Regresa la charola con las galletas al refrigerador durante otros 15 minutos, por lo menos.
- Tras este segundo reposo en frío, es momento de hornearlas. Estarán en un aproximado de 15 minutos, pero te recomendamos sacarlas cuando notes los bordes dorados.
- Para hacer el glaseado, cierne sobre un bowl el azúcar glass y procura que no queden grumos.
- Agrega poco a poco agua para conseguir una pasta espesa que será la base.
- Cuando todo el azúcar esté húmeda, separa en distintos tazones para hacer los colores que quieras y si buscas solo hacer líneas sobre tu galleta, probablemente esta será la textura que necesites. Si lo que quieres es rellenar, agrega un poco más de agua para que quede un poco más suelto el glaseado y si solo buscas una capa ligera de glass en cada galleta, puedes añadir más agua y bañar cada una con esta azúcar.
- Es momento de disfrutar.