El bienestar, cuidado personal y la salud mental se han convertido en temas prioritarios dentro de la cultura. Lo vimos recientemente con los Juegos Olímpicos y la presencia de atletas como Simone Biles; quien afirmó haber hablado con su terapeuta antes de su presentación. La salud mental se ha vuelto un tema importante de conversación para personas de todas las edades, en especial después de conocer los terribles efectos que tiene el estrés en la salud física y emocional.
Vivir en un mundo que nunca se detiene y donde el valor de las personas suele medirse por su productividad, obliga a tomar cartas en el asunto para sensibilizar de la importancia del descanso y la relajación. Es bajo este panorama que nace el Día Mundial de la Relajación, que busca incentivar a las personas a tomarse un descanso dentro de su día a día para realizar actividades que disminuyan el estrés y la tensión. De hecho, en los últimos años se ha demostrado un incremento en el estrés laboral; provocando diversos problemas entre los trabajadores de diversas profesiones.
Por eso, si lo que buscas es darte un break e introducir hábitos anti-estrés en tu día a día, aquí te dejamos algunas opciones para ti.
4 maneras de contrarrestar el estrés
Ejercicio constante
¿Alguna vez has escuchado la frase que dice “suda el estrés para afuera”? Por más irreal que parezca, se ha demostrado que ejercitarse de manera regular puede garantizar una disminución o eliminación completa del estado de estrés. No importa qué tipo de actividad física te guste o se adapte a tu tiempo o necesidades, lo importante es mantener tu cuerpo en movimiento de 30 a 60 minutos al día. Si lo que buscas es un espacio para aplicar el mindfulness y destensar los músculos después de un día movido, lo mejor será una clase de yoga o pilates. Sin embargo, si lo que buscas es moverte y distraerte, puedes probar algo de alta intensidad como un entrenamiento funcional o box.
El ejercicio comenzará a producir endorfinas en tu cuerpo, otorgándote esa sensación de satisfacción y felicidad que podrá ayudarte a relajarte después de un día pesado. Además, si bien el ejercicio incrementa el cortisol (también llamada la hormona del estrés), posteriormente baja los niveles de la misma por las noches; produciendo un mejor descanso.
Olvida tu celular
Quizá para ti es muy normal estar siempre en contacto con tu celular o computadora pues es en estos dispositivos donde trabajamos, nos entretenemos y nos comunicamos. Sin embargo, aunque pareciera que después de un día ocupado, lo mejor sea solo tirarnos en cama a ver el celular como una manera de descansar, la realidad es completamente diferente. Las pantallas digitales y los estímulos visuales podrían estar incrementando tu estrés en vez de reducirlo. Principalmente, lo que sucede al exponerte por muchas horas a las pantallas es que el cortisol aumentará y la melatonina disminuirá. Por eso, siempre se recomienda dejar el celular 1 o 2 horas antes de dormir para asegurar un mejor ciclo de sueño.
Lee un libro
Estas son buenas noticias para los lectores pues diversos estudios han descubierto que leer puede disminuir el estrés en un 50%. Cuando pasamos tiempo leyendo, cualquier tipo de libro, nuestro cerebro toma un descanso de los pensamientos rápidos que pueden estar estresando nuestro cuerpo. Además, disminuye el ritmo cardíaco y relaja los músculos. Por eso es que siempre se recomienda leer antes de dormir. Si aún no te consideras un lector de hábito, bastará con que te tomes 10 minutos de lectura para conseguir los resultados.
Toma el sol
El incremento del home office o los trabajos en oficinas oscuras y frías, también puede ser un factor a considerar al momento de sufrir episodios de estrés. Esto se debe a la baja exposición a la luz solar a la que se enfrentan cientos de personas en estas situaciones. Bien decían las abuelas que no hay mejor remedio que “los baños” de sol y equivocadas no estaban. La luz solar está relacionada con el ritmo circadiano, la serotonina y la melatonina, por lo que siempre se recomienda buscar paseos bajo la luz del sol al menos 10 minutos. Otro hábito que puede ayudar es siempre abrir las cortinas al despertar para permitir que el cerebro registre esta luz.