En una de las galerías de arte más reconocidas de la Ciudad de México, se develó una importante obra que resaltó entre muros blancos. Se trata de las nuevas licoreras de la Casa de lujo mexicana Clase Azul México, que junto a Eduardo Sarabia preparó una colaboración en la que destacó su amplia trayectoria y sus bastos conocimientos sobre la cerámica.
Te puede interesar
Así es la pieza creada por Eduardo Sarabia para Tequila Clase Azul México
El anfitrión de la noche, un artista nacido en Estados Unidos pero con las raíces bien puestas en nuestro país, llegó a la Galería Hilario Galguera que, con su arquitectura completamente blanca, se convirtió en un excelente escenario para montar lo que describe como “su mundo imaginario”.
Bastó con subir un piso y cruzar un arco para encontrar los primeros indicios de que el lugar había sido tomado por la creatividad de Eduardo, a quien fue encomendado este trabajo que no solo se centró en el arte pictórico que envuelve la licorera, sino también en su contenido, una sorpresa especial para los asiduos a la firma de lujo.
“Con este proyecto tenemos entre dos y tres años”, nos platica Sarabia en una breve entrevista, y es Arturo Lomelí, Fundador de Clase Azul México, quien nos confirma este dato, recordando que fue en el restaurante Alcalde, del chef Francisco Ruano, donde se empezó a gestar esta idea.
El proceso creador de Eduardo Sarabia
¿Cómo se dio esta colaboración?
Ellos me buscaron para ver si podía hacer una colaboración para su aniversario 25. De ahí surgieron las pláticas, fueron al estudio y para ser honesto no era algo que me emocionara tanto, pero me propusieron conocer a Arturo y de ahí fue cuando en realidad empezó todo; hasta me generó curiosidad. Tuvimos una plática que se convirtió en cena, después en sobremesa y hablamos de todo lo que nos apasiona y de cuál es nuestra visión de México y cómo la exportamos hacia el mundo, empezaron a empatar en muchísimas cosas y compartimos muchas ideas. Además ver a los artesanos y artesanas y como los cuida la fundación, y en general el proyecto entero me pareció algo espectacular.
¿Desde esas primeras reuniones al día de hoy, como ha sido esta experiencia?
La idea cambió por completo, ya no hicimos la colaboración para el aniversario, sino que esto es el inicio de un proyecto que se puede convertir en algo más sustancioso. Nuestros talleres y nuestras filosofías se empatan y podemos seguir haciendo cosas juntos. Además, a estas pláticas se unió la maestra destiladora Viridiana Tinoco y cuando yo pregunté ‘qué iba a ir dentro de la licorera’ empezó otra serie de conversaciones, por lo que el tequila también es diferente. Por eso me gustó tanto esta colaboración, que se convirtió en algo mucho más especial.
¿Qué podemos esperar del tequila?
Yo soy fan del tequila blanco y por eso me hacía sentido que en la licorera hubiera eso, pero Viri escuchó muy bien mis historias y un día les estaba contando que de niño estudié pintura en la Unión Soviética y de esa conversación, nació de ella compartirme que había traído a México unas barricas de Roble Ruso y nos propuso poner un toque de tequila reposado que pasó por esta barrica, así que es un blend de 90 por ciento tequila blanco con 10 por ciento de tequila reposado en esta madera tan especial.
¿Qué tan diferente es realizar una obra en consigna?
En este caso no hubo restricciones. Me dijeron ‘haz lo que tú quieras’, y me la pasé tan bien, estaba tan divertido, que empecé a dibujar muchísimo, pensé que después haría edición para que todo quedara bien. Algo que se convirtió en un gran reto fue que la licorera de Clase Azul México tiene mucha presencia, es algo que a lo lejos reconoces, entonces empatar eso, poder plasmar el mundo imaginario que llevo años haciendo, fue retador.
Sobre el coctel de la presentación que incluyó un segundo proyecto hecho por el artista –un video con el que recordó sus años de productor de comerciales– la galería fue invadida por espectaculares instalaciones que nos dieron la capacidad de conocer la cosmovisión y el universo creado por Sarabia en todos sus años como creativo.
Esta edición especial solo cuenta con 450 unidades y se puede adquirir en un kit especial con copas que también tienen el sello del artista.