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La llegada del otoño no solo trae consigo las hipnotizantes imágenes de las hojas cayendo de los árboles, sino también los cambios de temperatura que pueden acarrear con mayor facilidad enfermedades respiratorias tanto para nosotros, como para nuestras mascotas.Como sucede con la famosa “tos de perrera”.
¿Qué es la tos de perrera?
Se trata de una enfermedad infectocontagiosa que afecta a los perros y es causada por la bacteria Bordetella bronchiséptica y el virus de la Parainfluenza. También es conocida como Traquebronquitis infecciosa canina (TBI) y los casos se incrementan en la temporada otoño-invierno.
Síntomas
Al igual que a nosotros, luego del contagio, que sucede tras haber estado en contacto con las secreciones nasales de otros animales infectados o por medio de accesorios como juguetes y platos de alimentos; nuestras mascotas presentan un cuadro de laringitis que provoca tos seca e inflamación de las cuerdas vocales. Estos síntomas también pueden ir acompañados de rinitis, secreciones nasales e incluso conjuntivitis.
La tos de la perrera, una enfermedad común entre las mascotas
© GettyImagesPrevención
Aunque no existe una forma de evitar completamente el contagio, las vacunas pueden reducir notablemente el riesgo de contraerla o bien, disminuir los síntomas y el tiempo de recuperación de nuestra mascota. Procurar la limpieza en las zonas que ocupa nuestro compañero animal y proporcionarle las condiciones de alimentación adecuadas, también nos ayudarán a preservar su buen estado de salud.
Cabe mencionar que los perros más jóvenes, así como aquellos que padecen enfermedades respiratorias crónicas o tienen alguna afección cardiaca son más propensos a contraer la tos de perrera. Para los cachorros se recomienda administrar la vacuna inyectable cuando estos tienen entre 2 y 4 semanas. Posteriormente, al pasar dos semanas se aplica una dosis de refuerzo que se repetirá anualmente.
© GettyImagesTratamiento médico
Generalmente suelen suministrarse antibióticos, broncodilatadores, antinflamatorios y antitusivos. Sin embargo; visitar al veterinario es el primer paso para seguir cuando se presenta cualquier comportamiento anormal, pues solo un especialista puede realizar el diagnóstico adecuado y prescribir el medicamento pertinente.
Cuidados en casa
Si tu mascota es diagnosticada con esta enfermedad deberás procurarle cuidados similares a los que necesita una persona con gripa o tos; es decir, beber mucha agua, lo que le ayudará a expulsar de forma más fácil las flemas. Recuerda que el líquido debe estar a temperatura ambiente. Evita los cambios bruscos de temperatura y mantén a tu mascota abrigada dependiendo de las condiciones climáticas. Tambien ofrecele alimentos ligeros e intenta que repose, pues la tos se presenta generalmente luego de un periodo de agitación.
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