En la actualidad, son muchas las mujeres que, desde su trinchera, comenzaron a gestar una nueva construcción social, permitiendo explotar todas las habilidades y capacidades intelectuales para desenvolverse en muchos contextos que antes estaban reservados para el género masculino.
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Este es el caso de Silvina Moschini, la empresaria argentina que desde muy pequeña tenía clara su misión en la vida: emprender y enseñar a otras mujeres a encontrar su sitio.
Protagonista de un largo y sinuoso camino en el mundo de los negocios, Silvina da prueba de que no existen imposibles. En 2020, se convirtió en la primera mujer latinoamericana en llevar a una empresa a la categoría Unicornio. Es decir, incrementar el precio de una compañía joven (con menos de diez años) hasta alcanzar un valor de mil millones de dólares, sin que esta cotice en la bolsa.
Cuando de economía digital se trata, Silvina sabe cómo hacer magia gracias a la inteligencia, compromiso, pasión y entrega que la argentina dedica a cada uno de sus proyectos; todos ellos con miras de lograr inspirar y ayudar a las mujeres a explorar su poder.
Conoce a otras mujeres que inspiran:
Peleadora e incómoda, así define Silvia algunos rasgos de la personalidad que la ha llevado a ser una leyenda en los negocios.
Silvina, echemos un vistazo atrás. Al inicio, ¿con qué soñabas ser de niña?
Recuerdo una anécdota que marcó mucho mi vida. Cuando era muy niña le pregunté a mi papá qué quería que fuera yo, porque mis hermanos hacían equitación y a él le gustaba mucho. Yo pensé que querría que siguiera esos pasos, pero él me dijo: “Puedes ser lo que quieras, pero si vas a ser una princesa, tienes que ser una que construye sus propios castillos”. En ese momento no lo entendí, pero cuando crecí me di cuenta de que lo que mi papá me quería enseñar era la importancia de la independencia; que pudiera tomar mis propias decisiones y la independencia siempre empieza por la cartera.
Y lejos de dar continuidad al camino de tus hermanos en la equitación decidiste comenzar a trazar el propio.
Aunque compartimos el mismo material genético somos completamente distintos. Yo como la mayor quería mostrarle cosas a mi hermana, pensando que quería lo mismo que yo, hasta que un buen día me dijo: “Te lo agradezco, pero para mí la felicidad y el éxito son distintos”. Fue un shock, pero me hizo darme cuenta de que todos concebimos el éxito de forma distinta. Para mí, tenía que ver con el crecimiento profesional y mi hermana es feliz teniendo una familia y una vida mucho menos aventurera que la mía. Fue ella quien me enseñó que no todos queremos las mismas cosas y que el verdadero éxito está relacionado con ser feliz.
Y te convertiste en una mujer de negocios...
A los 14 o 15 años tenía trabajitos dando clases de inglés o cuidando a los niños de los vecinos. En aquella época el trabajo era ser la niñera. Mi primer emprendimiento fue muchos años después de trabajar en el mundo corporativo, cuando descubrí que las cosas que quería innovar me jugaban en contra en la compañía donde estaba. Entonces me di cuenta de que, si ahí no había oportunidad de llevar a cabo mis proyectos, tenía que crear la compañía para la cual me sintiera a gusto trabajando. Así fue como decidí inventármelo.
Pasión y entrega son ingredientes esenciales de sus proyectos; todos ellos dedicados a ayudar a las mujeres a explorar su poder.
¿Cúal ha sido el mayor reto?
Había tenido puestos grandes en compañías internacionales, pero tenía un equipo detrás encargado de lo administrativo o lo legal y yo hacía mi magia en las telecomunicaciones y las relaciones públicas. Cuando me decidí a emprender me encontré con un montón de agujeros negros de no saber por dónde empezar y me generaba mucha angustia. Fue un gran desafío superar las barreras que históricamente nos han limitado a las mujeres en nuestros sueños. Yo no sabía si sería capaz, pero me puse a pensar en las cosas que ya había logrado y me di cuenta que el peor de los escenarios no era tan terrible. La misma necesidad me sacó de mi zona de confort, cuando estás incómoda es cuando sacas eso que tienes adentro. Ese desafío lo tengo cada día porque las preguntas siempre cambian. La importancia de las crisis es que nos traen las oportunidades para salir de nuestra zona de confort y nos forzan a ir un pasito adelante para cuestionarnos.
¿Qué representó para ti entrar a un mundo que por generaciones fue exclusivo de los hombres?
Fue interesante. Antes no se hablaba de desigualdad porque tampoco había transparencia. En mi primer trabajo internacional, me enteré de que me pagaban menos cuando me ofrecieron uno nuevo y empecé a revisar cuánto se pagaba en el mercado. Fui pionera en el mundo de la innovación porque entré al .com cuando no estaba de moda y eso aceleró mi carrera. Sabía que tenía las herramientas técnicas, pero no elegía mis peleas; era apasionada, peleadora, incómoda porque no me callaba y cuando tienes una personalidad así hay gente que te quiere y otra a la que no le gusta ni un poquito.
¿Alguna vez has tenido ganas de “tirar la toalla”?
¡Todas las semanas! Emprender es lo mismo que me cuentan mis amigas sobre la maternidad: te lo muestran como pura felicidad y plenitud, pero al final estás en tu casa pataleando y jalándote el cabello. En el emprendimiento el nivel de presión también te pone así, te drena y te agota.
Yo lo que trato de hacer siempre es patalear, llorar, maldecir, descansar, reiniciar, pensar y volver. No es darse por vencida, sino tomar una pausa. Puedes renunciar de mentiritas todo lo que quieras, pero después esa fuerza interna te lleva a que salgas adelante. El sueño de hacer una diferencia y no defraudar a la gente que creyó en mí es lo que muchas veces me saca de la idea de “tirar la chancleta” e irme a vivir a Bali a hacer yoga de tiempo completo.
Tu trayectoria esta enmarcada por la gran empatía y compromiso que sientes hacia otras mujeres...
En 2020 llevé mi compañía TransparentBusiness a la categoría de Unicornio y Creamos Sheworks!, empresa que emplea a las mujerles con un trabajo remoto que se adapta a las necesidades y responsabilidades que tenemos para lograr compatibilizar la vida profesional y la personal. Antes de la pandemia la gente se reía de mí, después de esta etapa me dieron la razón y mi compañía se hizo muy famosa. La mayoría de personas en mi empresa son mujeres y no solo las contrato por una cuestión de afinidad de género sino porque estoy convencida de que trabajamos más duro, somos más capaces de manejar presión, creamos buenos equipos, utilizamos mucho más la inteligencia emocional y eso hace que nos adaptemos mejor, eso fue una decisión de negocio porque no era inteligente dejar a las mujeres afuera del mercado.
En 2012, Silvina junto a su hoy exmarido Alex Konanykhin fundaron TransparentBusiness como el preámbulo de su destacada trayectoria empresarial a la que se suman las marketplaces de talento global Yandiki y SheWorks!
Actualmente se habla mucho de empoderamiento. ¿Cuál es tu percepción?
El empoderamiento te lo da alguien más, pero el poder es tuyo. Es salir al mundo y decirle “Yo soy un mujerón, tengo todo lo que se necesita y quiero y merezco las mismas oportunidades”. Querer está bien porque muchas veces nos sentimos avergonzadas de pararnos desde nuestra fortaleza y decir: “Soy talentosa y merezco ese lugar”.
Tu arma secreta para triunfar en los negocios...
Estudié Relaciones Públicas y Comunicaciones e hice una maestría también, así que yo creo que esa es mi arma secreta. Los que venimos de esta área podemos ver la historia en todas sus dimensiones, de manera circular. La mirada adelante, el corazón en tu pecho y los pies en la tierra son los que te ayudan a tomar las decisiones correctas.
¿Cuál es la ganancia de la labor que llevas a cabo?
Yo no pude tener hijos aunque lo intenté, pero lo que estoy haciendo deja un legado que impacta en la vida de muchas mujeres para que logren sus sueños.
¿Qué consejo compartirías con las mujeres que sienten este deseo de atreverse a seguir su corazón?
Le tenemos miedo al fracaso, a decepcionar y escuchar un “te lo dije”. A mí me lo dijeron a la cara y a mis espaldas un millón de veces. Mi consejo es tomar esa duda que sentimos sobre nosotras mismas o la que nos hacen sentir otros sobre lo que somos o no capaces de hacer como la inspiración y el fuego que se necesita para animarse. La duda es el motor para impulsarnos a perseguir nuestros sueños sea como emprendedoras, mamás, tías, lideres de ONG, profesionistas o como se les de la gana porque el éxito lo define cada uno.
Unicorn Hunters, empresa que lidera Moschini ha creado una nueva criptomoneda (Unicoin) que está respaldada por acciones de empresas en crecimiento