Hoy más que nunca, el nombre de Nuria Diosdado ha resonado por todo México y el mundo, luego de alcanzar el primer lugar en la prueba de Dueto y Libre y de que la selección mexicana de nado sincronizado, la cual lidera, obtuviera el oro en la modalidad equipo técnico en la Copa del Mundo celebrada en Egipto.
Quizá fuera el destino, pero jamás una simple casualidad, el éxito que la atleta disfruta en este momento de su vida y que es antecedido por más de dos décadas de trabajo.
“A los cinco años comencé en el deporte, lo practicaba porque era muy hiperactiva, pero lo hacía sin ninguna ambición, ni siquiera era competitiva”
La jalisciencie nos cuenta desde la Ciudad de México, en exclusiva para ¡HOLA! Américas, tras su asistencia al Mundial de Natación Artística celebrado en Egipto sobre este viaje que significó un gran reto para la deportista y su equipo, quienes buscaron por todos los medios asegurar su participación en esta importante contienda de la que han regresado victoriosas.
“Con tanto apoyo y cariño de la gente es imposible no darte cuenta de lo que estás haciendo. Me siento muy orgullosa de lo que estamos logrando con el equipo”
Las mexicanas eligieron el tema “Don´t stop me now”, del grupo Queen y de manera casi profética se posicionaron en el primer lugar del podio, sin que nadie; ni siquiera la experiencia y determinación de sus contrincantes de Italia y Francia pudieran opacar la destreza y pasión que reflejaron en cada uno de los movimientos de esta rutina con la que dejaron grabados sus nombres en un nuevo capítulo de la historia del nado sincronizado en México.
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¡Hola! Américas ha tenido la oportunidad de conocer más de este histórico momento de la voz de Nuria Diosdado, una de sus protagonistas, quien además nos devela algunos detalles del camino recorrido hasta este día.
Nuria, ¿cómo estás viviendo este sueño?
No sé si es parte del alto rendimiento, pero muchas ocasiones minimizas lo que hiciste porque ya estás trabajando en otro objetivo. Festejas el momento, pero sabes que vienen nuevas competencias y debes prepararte para ellas. Sin embargo, con tanto apoyo y cariño de la gente es imposible no darte cuenta de lo que estás haciendo. Me siento muy orgullosa de lo que estamos logrando con el equipo.
Como mencionas, el trabajo en equipo es esencial para tu deporte, ¿cómo es esta colaboración?
Lo más bonito es que creamos una familia, sobre todo con esta selección que es con la que hemos alcanzado estos últimos logros. Aunque yo aparezca como vocera, en realidad somos 14 las que entrenamos y tengo muy presente que lo que yo haga o diga, beneficia o repercute en todas ellas. Así que intentamos hacer todo por el bien de todas. Veo más a mis compañeras que a mi propia familia, comparto más tiempo con ellas que con mi pareja y es muy lindo tener esta confianza, pese a los roces que puedan existir como en cualquier relación.
Hablas con mucha pasión de tu deporte. ¿Siempre supiste que querías dedicarte a esto?
A los cinco años comencé en el deporte, lo practicaba porque era muy hiperactiva, pero lo hacía sin ninguna ambición, ni siquiera era competitiva. Pasaron los años y cuando cumplí 12 mi papá me llevó a Barcelona al campeonato mundial de mi disciplina. Ahí, al ver a las campeonas y a la selección mexicana caminando para su competencia regresé enamorada del deporte. Ese viaje me cambió el chip, al regresar todas las noches veía los videos de las chicas que eran referencia en mi deporte para analizar cada uno de sus movimientos e intentarlos al día siguiente en mi entrenamiento.
¿Qué sientes hoy, de ser tú la inspiración para otras chicas?
Me encanta. Si bien no soy perfecta y cometo errores, trato de ser esa imagen que a mí me hubiera gustado seguir. Darme tiempo y espacio de platicar con ellas para darles un consejo y que conozcan mi parte humana. Que sepan que los deportistas nos rompemos y también tenemos nuestros miedos.
¿Cómo lidias con el miedo en tu vida?
Mi psicóloga me recomienda no esconderlo sino sentirlo, dándome cuenta de que esos pensamientos llegan cuando creo que una circunstancia me está sobrepasando. En lo personal me funciona hablar conmigo misma y decirme: “Sí Nuria tienes miedo, si es posible que pasen estas cosas, pero también ve todo lo bueno que has hecho y hasta donde has llegado”. Siempre trato de llenarme de palabras bonitas, de mensajes lindos; más allá de lo que los otros me puedan decir, me reconforta platicar conmigo misma e identificar qué me está haciendo sentir ese miedo para abrazarlo y despedirlo con buenos pensamientos.
¿Alguna vez alguien te hizo dudar de qué podías alcanzar tus sueños?
Yo creo que es una constante en todas las actividades donde te mides contra otros y contra ti mismo. Incluso puedo decir que entre más éxito alcanzas, te llegan más dudas, porque la exigencia es mucha y eso hace que las situaciones te hagan pensar si darás el ancho. En la reciente competencia me sentí más nerviosa que en otras ocasiones. Antes de salir a competir tuve que hacer mucho trabajo personal para convencerme de que podía hacerlo.
De no haberte dedicado al deporte, ¿qué crees que estarías haciendo?
Como inicié tan chica es difícil imaginar otra cosa, pero definitivamente si no hubiera conocido esta disciplina, no sería deportista. Me hubiera gustado irme a estudiar a otro país, porque me encanta viajar o dedicar mi vida a causas humanitarias, quizá por esta razón hubiera estudiado medicina como mis papás.
Nuria hace casi dos años celebraste tu boda, ¿está en tus planes tener bebés?
Me encantaría ser mamá y formar una familia. Desde niña mi juego favorito eran las muñecas; hasta la fecha soy super maternal con la gente a mi alrededor. Es un capítulo que me encantaría vivir pronto, una vez que ponga fin a mi carrera deportiva.
Ser mamá y profesionista, ¿es posible?
Crecí en una familia con una mamá profesionista (médico pediatra) y tengo una hermana con dos hijos que sigue trabajando, pero también tuve una abuela que fue ama de casa, así que todo depende de lo que quieras para tu vida. No creo que todas necesitemos trabajar y ser mamás para valer más, así como no estoy de acuerdo con pensar que la mamá que se queda en casa cría mejor por estar 24/7 con sus hijos. Es un sistema de vida personal y de pareja que depende totalmente de lo que te acomode y te haga sentir bien.
Déjanos saber un poco más de ti. ¿Cuál es tu gusto culposo?
Soy muy fan de las conchas de vainilla, cuando voy al nutriólogo siempre le digo: “me puedes quitar lo que quieras menos el pan dulce”. Por otro lado, me encanta apapacharme, tener una mañana de spa con jacuzzi, sauna y masaje. A donde quiera que vaya tengo la costumbre de meterme al spa.