En estos días reina el poder de la palabra como arma de venganza. Se nos ha quedado demodé la bíblica Salomé, quien pidió a Herodes la cabeza de San Juan Bautista sobre una bandeja de plata. Por fortuna, en las últimas y mediáticas venganzas, la tinta reemplaza la sangre.
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Shakira: sal-pique a quien sal-pique
Como botón de muestra, la “Music Session vol. 53” de Shakira y Bizarrap. En realidad, la divulgación pública de la “canción de la venganza” (del latón vindex, con fuerza) que la cantante colombiana ha dedicado a su ex, Gerard Piqué, y a la actual pareja de este, Clara Chía: una suma de dardos afilados y envenenados, un “suma y sigue” de reproches e ironías que logró, en 24 horas, más de 64 millones de reproducciones en YouTube, un hito que ha desbancado el anterior récord de “Despacito”, el pacífico tema de Luis Fonsi.
El tema Music Session vol. 53 de Shakira y Bizarrap logró, en 24 horas, más de 64 millones de reproducciones en YouTube.
Para muchos, Shakira se ha lanzado (eso sí, con mucho arte) a la yugular del causante de su dolor y ha revertido el dolor en dólar con un ritmo pegadizo que a nadie deja indiferente. No ha sido la primera artista que enumera las afrentas del ex. Sin embargo, se ha destacado por lo explícito y fácilmente reconocible de las situaciones y personajes del triángulo amoroso que sufrió en carne propia. En su tema no hay nada que leer entre líneas, porque todo está dicho “clara-mente sal-pique” a quien salpique.
Antes de Shakira, Taylor Swift, Adele o la muy latina y punzante Paquita la del Barrio, y muchas otras, se habían quedado a gusto dedicando temas “ponzoñosos” a sus exparejas, pero lo de Shakira está en otra dimensión y, a tenor de las cifras, ha arriesgado y ganado, al menos en la atención mediática.
Las memorias de Harry de Inglaterra, la venganza escrita
Cuando la venganza de Shakira daba la vuelta al mundo, “En la sombra”, el libro de Harry de Inglaterra, ya había sido desmenuzado por un ejército de críticos, expertos y lectores curiosos que buscaban con afán, entre las 787 páginas de sus memorias, los dardos dirigidos a la Familia Real inglesa; muy especialmente, a William y Kate, pero también al Rey Carlos III y a su esposa, Camila, con quien, después de años de discreto silencio, Harry se ha despachado a gusto. El príncipe confiesa su dolor al sentirse relegado desde niño frente a los deseos del heredero, su hermano William, el gran consentido de los Windsor.
En su libro “En la sombra”, Harry cuenta las peleas con su hermano William, las manías principescas de Kate Middleton y la cerrazón de su padre por Camila.
Las cifras con las que monetiza su dolor son secretas, aunque la prensa internacional ya ha arrojado una posible cantidad pagada por la editorial (Penguin Random House): veinte millones de dólares por los que Harry cuenta las peleas con su hermano William y los deslices de este (su olor a alcohol el día de su boda), las manías principescas de Kate Middleton; el ambiente racista de Palacio; la cerrazón de su padre por Camila, etcétera, etcétera, etcétera. Si antes mencionamos que la raíz etimológica de venganza es “con fuerza”, también proviene de vindicare, vindicarse, palabra que el Diccionario de la Real Academia define como “defender, especialmente por escrito, a quien se halla injuriado, calumniado o injustamente notado”. Pues eso.
“Los otros que invento...”
Y, para concluir, un caso muy diferente, pero también salpicado (esta palabra ya nunca se escuchará igual) por esta suma de venganzas que hacen de la palabra escrita un arma arrojadiza. Isabel Preysler confirmó en las páginas de ¡HOLA! su ruptura, tras una relación de ocho años, con el Nobel Mario Vargas Llosa.
“Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos”.
-Mario Vargas Llosa
Algunos se dieron a la tarea de leer, esta vez sí entre líneas, uno de los últimos cuentos del escritor, “Los vientos”, publicado en “Letras libres”, en su edición 274. Y algunos creyeron que las palabras del protagonista, ese anciano desmemoriado perdido por las calles de un Madrid distópico, tenían algo que ver con la realidad de Vargas Llosa (después de todo, él es autor del magnífico volumen de ensayos literarios “La verdad de las mentiras”). “Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltan los remordimientos”. En otro momento, el narrador afirma que ya ni se acuerda del nombre de aquella por la que dejó a su esposa. ¿Nos deparará alguna sorpresa su próxima novela, ya terminada, y a la espera de ser publicada? Mario Benedetti escribió: “Los otros que invento dicen a veces cosas que yo no hubiera dicho ni aunque fuera otro”. A veces, esos otros, criaturas literarias, se vengan discretamente por nosotros.