París siempre es una buena idea. Detrás de la icónica apariencia del inolvidable Karl Lagerfeld con sus maxi lentes oscuros, corbata negra, traje ajustado y pelo blanco recogido, había un hombre que vivía para el arte, la cultura y la moda. El legendario diseñador, quien será la temática de la próxima Met Gala, era un fabricante de tendencias por excelencia. Nacido en Alemania, Karl se mudó a la Ciudad de la Luz con 19 años, e hizo de la capital francesa su hogar en espíritu. Inclusive, el área de la ville que más frecuentaba, llegó a ser conocida por sus allegados como el distrito Lagerfeld, un microcosmos del París del Káiser de la moda que albergaba los lugares que él consideraba imprescindibles. Conoce, a continuación, los must parisinos del genio singular que realizó más de 180 pasarelas como director creativo de Chanel. Oh, la la!
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El París de Karl Lagerfeld
Café de Flore, 172 Boulevard Saint-Germain
Una de las cafeterías más antiguas de París, fundada a finales de 1880, y el punto de reunión matutino por excelencia de todos los fashionistas durante la Semana de la Moda. El apartamento donde Lagerfeld vivió en los años sesenta estaba a solo cinco minutos, y el diseñador caminaba allí todas la mañanas, siguiendo los pasos de otros célebres clientes habituales como Pablo Picasso, Truman Capote y Ernest Hemingway. Situado en el distrito seis, en el barrio très chic de Saint-Germain des-Prés, Café de Flore ofrece un menú de gastronomía francesa, tipo brasserie. Pide un café crème y un pain au chocolat: ¡no te arrepentirás!
Jardin du Luxembourg
Ubicado en sexto arrondissement e inspirado en el jardín florentino de Boboli, fue creado por iniciativa de la reina María de Médici en 1623. Este exuberante espacio verde repleto de pasillos enmarcados por árboles y flores, que alberga el Palacio de Luxemburgo, era uno de los parques favoritos de Karl. Entre las numerosas estatuas y esculturas que aloja el espacio (la más famosa, la del gigante griego Polifemo, que está ubicada en la fuente de Médici, que data del siglo XVI) es posible encontrar centenares de sillas de metal para sentarse a reflexionar sobre la vida.
Lachaume Fleurs, 103 rue du Faubourg Saint-Honoré
El genio creativo tenía una relación estrecha con el personal de esta histórica floristería (abrió sus puertas en 1845) conocida entre la realeza europea, que hacía allí sus pedidos. Las propietarias, las hermanas Caroline Cnocquaert y Stéphanie Primer, lo describieron una vez como su “cliente soñado y extraordinario”. Compró una camelia blanca (emblemática de la maison Chanel) en su primera visita a su tienda, en 1971, y se convirtió en un consumidor habitual a partir de ese día. Figuras como Salvador Dalí, Alain Delon o Yves Saint Laurent también fungieron como clientes frecuentes de Lauchame.
Galignani, 224 rue de Rivoli
Además de su propia librería, Studio 7L, ubicada en rue de Lille, al Káiser de la moda le encantaba visitar Galignani a menudo para buscar referencias para sus próximas colecciones. Danielle Chillen Sabatier, directora de la tienda situada en el corazón de París, afirmó en el pasado que su personal sabía lo que Karl mostraría una pasarela de Chanel antes que nadie. “En esta librería lo encuentras todo, y si no, lo encuentran por ti”, confesaba Karl.
Hilditch & Key, 252 rue de Rivoli
Cerca de Galignani, esta camisería londinense confeccionaba piezas a la medida para Karl, quien en ocasiones pedía hasta 150 estilos por visita: desde camisones y kimonos, hasta camisas sin mangas para pintar. Aunque estaba abierto a sugerencias, enviaba por medio de un fax o servicio de mensajería los bocetos de los diseños que tenía en mente. “Ni recuerdo la cantidad de modelos de camisas y cuellos que ha hecho esta maravillosa camisería para mí. Soy más que leal a ella: es mi locura. Son la perfección”, compartía Lagerfeld.
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Sennelier, 3 Quai Voltaire
Lagerfeld compraba su papel en esta famosa tienda de arte parisina. Ubicada cerca del Jardín de las Tullerías, y a pocos metros de las tiendas Chanel de rue Fauborg Saint-Honoré y rue Cambon, una dirección que reúne los talleres de Alta Costura de la firma, el apartamento de Gabrielle Chanel y su estudio de creación. “Visito esta papelería desde que me mudé a París y no ha cambiado un ápice desde entonces. Es vital para mí. Confieso que todas mis hojas, colores y pinceles los compro aquí”, aseguraba el diseñador nacido en Alemania.
Lydia Courteille, 231 rue Saint-Honoré
Hogar de hermosas y raras joyas hechas con una multitud de piedras preciosas, la maison de Lydia Courteille, una gemóloga nacida en París, experta en joyería antigua, era un lugar frecuentado por Lagerfeld, quien complementaba sus corbatas negras con broches y alfileres enjoyados. “La dueña de esta joyería especializada en piezas antiguas es absolutamente genial. Amo su gusto al 100%”, decía el creador multidisciplinar.
Galerie kreo, 31 rue Dauphine
Al que fuera director artístico de Chanel le encantaban los muebles avant-garde disponibles en la Galerie kreo, reconocida como una de las galerías de diseño más influyentes en la escena internacional. Su colega diseñador, el tunecino Azzedine Alaïa, también era conocido por ser fanático de esta tienda contemporánea. “Me encanta el ojo que tienen en esta galería de arte y sus descubrimientos”, revelaba Karl.