Por naturaleza, la especie humana necesita y gusta de la interacción con otros seres. Es a través de las distintas formas de relacionarse que hombres y mujeres de todas las edades aprendemos a cubrir nuestras necesidades afectivas y emocionales.
Sin embargo, no siempre que hablamos de compañía nos referimos a alguien de nuestra misma especie. En los últimos años, la tendencia por los animales de compañía ha ido a alza. Algunos países de Latinoamérica, por ejemplo, se encuentran en los primeros lugares de la lista de dueños de mascotas, pues 80% de la población tiene entre los integrantes de su familia a un ser vivo con un adn distinto al del ser humano.
Perros, gatos, aves, roedores, tortugas y peces cohabitan con sus dueños en muchos hogares del mundo. En Argentina, México y Brasil, por ejemplo, los caninos, también llamados “chuchos” son la mascota favorita; mientras que en Francia y Rusia existe mayor predilección por los gatos.
Sea cual sea tu tipo de animal favorito, está comprobado que el contacto con estos seres trae grandes beneficios para nuestra salud. Aunque un regalo como este no tiene precio, no te olvides de llevar a la práctica la conocida frase: “Mi meta en la vida es ser tan buena persona como mi perro cree que soy” y devolver el favor a tu mascota procurándole una buena calidad de vida manteniéndote al pendiente de su alimento y todos los cuidados necesarios.
Una mascota, una buena terapia
La compañía, es, indudablemente una de las primeras ventajas. Llegar a casa después de un día de trabajo y encontrarte en la puerta a tu amigo peludo dándote la bienvenida refuerza el sentimiento de seguridad y evitará las sensaciones negativas que pudieran surgir al estar en soledad.
Tu compañero también puede convertirse en tu mejor confidente. En ocasiones no deseamos una retroalimentación a nuestros problemas, sino solo alguien que nos escuche y nos haga sentir la confianza de expresarnos libremente sin temor a ser juzgados. Una garantía que tendrás asegurada al desahogarte con tu amigo no humano.
¡Hola, mascota! ¡Adiós, estrés!
Acariciar a tu mascota y dedicar un momento del día a jugar con esta reduce significativemente los niveles de estrés generados de otras situaciones de la vida diaria, como el trabajo. Cuando entras en la dinámica del juego, tu cuerpo comienza a segregar mayor cantidad de oxitocina, serotonina y la dopamina que funcionan en nuestro cerebro como neurotransmisores de la felicidad.
En el caso de los peces, hacer una pausa para contemplar sus movimientos en el agua te ayudará a sumergirte en un estado de calma. Si eres el afortunado dueño de este tipo de mascota, prueba echando un vistazo a tu acuario antes de irte a la cama para mejorar la calidad de tu sueño.
Apodérate del título de “El más responsable”
Ya se lo advertían a “Spiderman”: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, una frase aplicable a los dueños de mascotas. Si bien, sus beneficios serán innumerables, poder contar con ellos en tu vida implica firmar un compromiso que durará toda la vida. Alimentarlos, darles atención, llevarlos de paseo, bañarlos, vacunarlos y brindarles atención médica, son solo algunas de las cosas de las que deberás estar pendiente.
Lo anterior podría sonar complicado, pero una vez que incluyas estas actividades como parte de tu rutina, ni siquera notarás en qué momento te convertiste en una persona tan confiable para tu pequeño amigo.
Mascotas: La mejor excusa para socializar
Si el amor por los animales ha unidos países, imagínate lo mucho que puede beneficiar tu vida social. Los amantes de los animales no deparan en caricias y halagos para estos, sin importar cuál sea el escenario de su encuentro. Un paseo por el parque con tu mascota será la excusa perfecta para iniciar una conversación con otras personas. Si sigues un horario para tus salidas, descubrirás que hay otros como tú con los que coincidirás constantemente, lo que podría derivar en una linda amistad.
Los niños y sus mascotas
No existe lazo más inquebrantable que el de un niño y su mascota. Su inocencia les permite crear un vínculo en el que impera la empatía y el amor incondicional por quien, en muchas ocasiones, llega a convertirse en su compañero de juegos favorito. Una mascota, ayuda a los niños a gestionar de una manera más asertiva sus emociones, promueve una actitud más responsable en los pequeños y ayuda a aliviar el estrés al que están sometidos los niños y que puede pasar desapercibido para un adulto.