Las cosas positivas que nos ha dejado la pandemia

A principios de la pandemia se notó a simple vista que la contaminación en ríos y mares se redujo de manera significativa. La poca afluencia de la gente en las playas dio como resultado menos basura en la playa. El agua mostraba un tono diferente y cristalino.

Uno de los cambios más notorios fue el de el Canal de Venezia. A las semanas de la pandemia se notaba más limpio gracias a que se detuvo el tránsito turístico. Incluso se podían ver peces y delfines en el agua clara.

Por la pandemia, el uso del auto también disminuyó y aunque se retoman las actividades poco a poco, aún se aprecia el resultado de mejor calidad del aire en diversas ciudades a nivel mundial.

No sólo los animales acuáticos se beneficiaron de esta situación al no ver basura en su hábitat. En varias partes del mundo, los animales recorrieron las calles con más libertad.

Hoy en día se reconoce la labor de médicos y enfermeras en todas partes. Son ellos quienes luchan en primera fila para atender a las miles de personas infectadas en su localidad. No es sorpresa verlos como héroes y además de agradecer por su trabajo, también se aprecia su afecto con los enfermos y sus familiares.

Los hábitos de limpieza, el lavado de manos y uso de gel antibacterial a la pare de cubrebocas evitó que los casos de gripa aumentaran en los últimos meses. Personas con alergias leves también se vieron beneficiadas.

Las mismas medidas y el poner atención a lavar cada producto que ingresa a nuestro hogar también ayudó a disminuir enfermedades relacionadas con la infección estomacal.

Desde el día uno la limpieza se volvió parte de los hábitos para evitar el contagio. Aunque estudios recientes comprueban que el virus no permanece tanto tiempo en superficies, se intensificó la higiene en casa.

Estamos consientes de que los trabajos cambiaron. Para quienes cuentan con la oportunidad de laborar desde casa, llegó la comodidad con la que muchos soñaban: trabajar en pijama, desayunar algo más saludable y tener tiempo de cumplir con las responsabilidades de manera más productiva, todo sin salir de casa.

La pandemia también demostró que el home office no sólo reduce gastos en las empresas, sino también en los empleados.

Claro que el home office también debe tener horario. Trabajar en casa no es sinónimo de dejarlo todo por vaciar la agenda laboral. Poco a poco nos dimos cuenta de que se necesitaba crear una rutina de trabajo que permitiera cumplir con los objetivos para después tener tiempo personal.

En los espacios libres, la televisión con series, películas o documentales se convirtió en una de las principales opciones de entretenimiento. Leer la pila de libros acumulada, intentar recetas en la cocina, plantar un huerto casero, hacer ejercicio o sumarse a retos de beneficio personal que abundan en las redes sociales son sólo algunas de las cosas que ayudan a despejar la mente.

No hay que olvidar aquellos videos que recorrieron las redes sociales con juntas virtuales de trabajo invadidas por los gritos de los familiares, micrófonos abiertos, perros inquietos o niños ocurrentes; que llenaron de risa a varios internautas.

En estos tiempos de incertidumbre, el amor de la gente también se intensificó. Aunque hay quienes están lejos de sus seres queridos, se sintieron más unidos que antes. Las llamadas virtuales acercaron a las personas que antes, con un ritmo de vida acelerado, olvidaban hablar con su familia y sustituían la charla con un mensaje de texto.

Aquellos que viven en casa con sus padres, hijos, esposos o hermanos, encontraron más tiempo para convivir entre ellos. Con actividades juntos o conversaciones sobre lo que sucedía en el mundo. También muchos padres jugaron con sus hijos de otra forma y lograron conocer a sus compañeros de escuela o maestros gracias a las clases virtuales.