Día de Muertos: la magia de La Catrina invaden las calles de la Ciudad de México

Sin duda alguna, la celebración del Día de Muertos es todo un acontecimiento en México. Si bien, los días en los que se conmemora esta festividad son el 1 y 2 de noviembre, desde este fin de semana ya comienzan a llevarse a cabo algunos eventos que marcan el inicio de esta gran tradición. Uno de ellos fue la procesión de catrinas que se llevó a cabo en la Ciudad de México. Ahí, cientos de personas se convocaron desde la mañana del sábado 26 de octubre en las principales avenidas de la capital mexicana para preparar sus atuendos.

Un total de 200 artistas de maquillaje participaron en este gran desfile en donde cualquiera que quisiera unirse podía hacerlo. Sin duda alguna, la elegancia de las catrinas deslumbró en una noche que sin duda quedará para la memoria, pues sin importar la lluvia, la procesión resultó ser de lo más emotiva y sin precedentes.

Sin duda alguna es el personaje más representativo de esta temporada. Fue una creación del caricaturista mexicano José Gudalupe Posada de 1910, como una forma de mofarse de los problemas del país y de los errores de los politicos. Fue bautizada como La Catrina por el muralista Diego Rivera.

La palabra catrín o catrina hace referencia a un hombre o mujer muy elegantes, vestidos siempre con ropa de gala de la época.

Desde entonces, la calavera vestida de gala se ha hecho de su fama y todos quieren imitarla. Tal y como sucedió el fin de semana, cuando cientos de personas caminaron por las príncipales calles de la Ciudad de México con sus mejores atuendos.

Desde tempranas horas, los participantes se dieron cita para perparar sus maquillajes y ultimar los detalles de su vestuario. En este imporante desfile trabajaron más de 200 artistas que ayudaron a los asistentes a maquillarse.

Como ya lo mencionabamos anteriormente, una de las caracteristicas principales de este personaje es su ropa de gala. Para ello, los participantes pusieron manos a la obra y presentaron sus mejores atuendos.

Los contingentes fueron diversos y procuraron representar siempre a todas las regiones del país con sus trajes típicos e incluso a estractos de la población que son minoría.

Los participantes se esmeraron por hacer de sus atuendos y su maquillaje lo más convincente posible, tanto, que muchos de los asisitentes quedaron maravillados ante la belleza y colorido de las catrinas.

Sin duda alguna, quienes puidieron vivir esta gran experiencia se fueron con un buen sabor de boca, pues todos aquellos que participaron y dieron vida a la catrina, lograron robar los corazones de los asistentes.