Saber beber es un arte sublime, especialmente cuando se trata de realzar una experiencia gastronómica con un buen vino. Ahora, imagina el desafío de maridar la rica y diversa cocina mexicana, llena de sabores y matices únicos. Este fue el reto que asumió Sandra Fernández, una experta en el mundo del vino cuya curiosidad insaciable se transformó en una carrera apasionante, llevándola a destacarse como una de las mejores sommeliers, tanto en México como en el mundo.
La pasión de Sandra Fernández por el vino surgió durante sus estudios universitarios en Estados Unidos, en una clase impartida por Karen MacNeil, autora de "The Wine Bible". Lo que inicialmente iba a ser un complemento para su carrera en gastronomía se transformó en una verdadera revelación. La enseñanza de MacNeil, quien en ese entonces publicaba bajo un seudónimo masculino para que sus obras vieran la luz, le mostró que podía construir una carrera en esta industria y despertó una pasión desconocida en Sandra. "En esa clase comprendí cómo quería vivir en esta profesión, cómo abordarla y la disciplina que debía tener."
Determinada a dedicarse al vino y enfrentando un entorno desconocido sin red de apoyo, Sandra decidió regresar a México. En su país natal, encontró la oportunidad de ser pionera, desarrollando su carrera con gran conciencia y aprovechando al máximo el potencial que ofrecía su tierra. Fue allí donde descubrió la vinoteca Tierra de Vinos. Tras reservar un lugar en la barra y disfrutar de una copa mientras leía el periódico, entabló conversación con uno de los socios. Esa charla le valió una oferta de trabajo y participación en el negocio, convirtiéndola en la única mujer en la sociedad durante 10 años.
Durante ese tiempo, Sandra revolucionó la sommeliería en México al hacerla más accesible y amigable. En lugar de perpetuar la imagen pretenciosa del sommelier tradicional, ofreció una experiencia de vino más inclusiva. "Lo que hice fue ofrecer copeos amigables… servía una copa de 30 pesos y la explicaba con el mismo entusiasmo que si fuera una de 1,500 pesos. Así se formó una comunidad alrededor del vino".
A pesar de los desafíos y las dudas que conlleva ser mujer en una industria predominantemente masculina, Sandra se impuso con conocimiento, disciplina y una profunda pasión por contar historias. Enfrentando nuevos retos constantemente, se convirtió rápidamente en la profesional con más certificaciones en México, obteniendo numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, y siendo la primera mexicana admitida en The Court of Masters Sommeliers. Su dedicación y experiencia la llevaron a ser la invitada especial de la embajada de México en Washington D.C., donde ofreció una conferencia sobre vino mexicano, tequila y mezcal.
Entre sus numerosos éxitos, Sandra desempeñó un papel crucial en la creación de los vinos 3V y 2V de Casa Madero, innovaciones que han dejado una marca significativa en la industria vitivinícola. Además, en 2014 fundó SFG Estrategias en Vinos y Destilados, una consultora especializada en asesorar a hoteles y restaurantes en el diseño de cartas de vino y el desarrollo de programas educativos. Su empresa se ha convertido en un referente en el sector, ofreciendo estrategias efectivas para la selección y presentación de vinos, así como para la formación del personal, impulsando así el crecimiento y la profesionalización de la industria.
Con más de 23 años en el mundo del vino y los destilados, Sandra es un auténtico referente de talento y pasión mexicana. Ella afirma con convicción: "Hoy, el vino y la gastronomía mexicana son inseparables. Se trata de encontrar esos compañeros de paladar y lograr armonía entre etiquetas mexicanas y extranjeras. México fue una de las últimas cocinas en reconocer el potencial del maridaje, pero hoy, ha llegado para quedarse.