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La moda sudamericana viene pisando fuerte desde hace años… Su riqueza cultural, su color y sus textiles, así como la forma en la que honran a sus pueblos indígenas han hecho que los ojos de la industria se posen sobre ella, tal es el caso de Amelia Toro, quien ha logrado llevar sus raíces colombianas a los aparadores más exclusivos.
© Gary Gershoff/WireImageNacida en Bogotá, con casi 30 años de experiencia en la industria de la moda, Toro se ha encargado de plasmar la esencia de sus raíces en sus prendas, a través del sentido social y el trabajo de las comunidades indígenas. Su juventud se desarrolló entre Colombia y los Estados Unidos. A los 15 años se inclinó por seguir una carrera en este ramo, inspirada por una querida tía y una modista que le enseñaron el arte de la aguja y el hilo. Para perfeccionar su técnica, se fue a estudiar al extranjero, obteniendo sus estudios en la Escuela de Diseño de Rhode Island y posteriormente en Parsons, en Nueva York.
Las colecciones de Amelia incorporan telas hechas a mano, además de que sus celebran el orgullo de sus raíces entre elementos como ruanas, alpargatas, bolsos wayúu, entre otros. En su trayectoria, ha trabajado con las comunidades indígenas wayúus, kunas y del Putumayo, con las cuales ha promovido el comercio justo, además de empoderarlas.
© Frazer Harrison“Como viví tantos años por fuera de Colombia y estudié en otros países, uno añora sus raíces. Además tuve la oportunidad de ver muchos lugares donde las raíces y las culturas se protegen”, dijo en una entrevista con LifeStyle.
Al tener una educación cosmopolita, Amelia se dio cuenta de que, en países como Estados Unidos, había museos donde se honraba el legado cultural de las comunidades indígenas. Al notar esto, para Amelia fue inevitable no pensar en su propio país y las etnias de Colombia. Por lo que, al volver a Colombia decidió enforcarse en trabajar con los suyos para así tejer una red que vinculara la moda con la causa social.
En ese sentido, Toro cuenta que antes, era impensable que una mochila wayúu –uno de los elementos colombianos más tradicionales—fueran una pieza de moda. Ahora, estos bolsos se venden por varios cientos de dólares. “Mucha gente se pone hoy una mochila tradicional, cuando antes nadie usaba una mochila”, compartió en esa misma conversación con Lifestyle.
Con sus prendas, lleva años figurando en las pasarelas de Nueva York, Colombia, París, Japón y Madrid. Sus diseños se venden no solo en su boutique de Bogotá, sino en otros lugares como Estados Unidos, Dubái, Canadá, Japón, Suiza, además de otros países del continente europeo.
© Barna Tanko“Los últimos 20 años que he estado acá fueron complicados (en Colombia). Con mucho esfuerzo hemos tratado de trabajar con ellos ya prender mucho de ellos. Es más lo que ellos me han dado, que lo que yo puedo hacer por ellos”, dijo sobre lo mucho que ha aprendido de las comunidades indígenas.
En 2017, gracias a su labor como promotora cultural de su país y su éxito en la industria de la moda, fue distinguida por la organización no gubernamental Women Together. Previamente, Shakira, una de sus connacionales, había sido honrada con esa misma distinción. “Cuando llegué a Colombia tuve la oportunidad de poder trabajar con comunidades y lo he venido haciendo porque me apasiona. Me siento muy honrada de recibir este premio, pero es el equipo completo el que alcanza logros”, dijo en ese entonces al ser reconocida.
