La cocina mexicana tiene un amplio catálogo que a través de cada una de sus regiones parece infinito. Blanca Delia Villagómez Estrada ha llevado la tradición culinaria de su natal Tzintzuntzan, Michoacán, a un nuevo nivel, ofreciendo platillos locales con un delicioso toque que, además de despertar la curiosidad de los comensales, lo hace con una gran dedicación que la ha llevado a ser reconocida mundialmente.
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Hija de los artesanos Juan Nepomuceno Villagómez y Amparo Estrada, Blanca creció con la cocina como una parte común en su día a día, pues su mamá también era cocinera. Desde pequeña conoció las cocinas y los secretos que cada una de las personas involucradas en los platos mexicanos guardaban en ellas. Su aprendizaje fue rápido, pues a los seis años aquella pequeña ya participaba en la preparación de alimentos cocinando desde tortillas hasta un tradicional mole michoacano.
Con el tiempo comprendió el valor de su talento, pues en sus años adultos puso un pequeño negocio con el que se distraería de una profunda depresión. Su local no era nada elegante, más bien dirigido a personas cercanas a su hogar, sin mesas pero con la comodidad que los puestos ambulantes ofrecen aún en la acera.
"Muchas veces en la vida hay que salirse del guion para alcanzar las metas que tenemos".
Su sazón y el toque que daba a sus platillos no tardaron en llamar la atención de los expertos y fue invitada a participar en uno de los Encuentros de Cocineras Tradicionales. Aunque ella no sabía de qué se trataba, confiaba en cada uno de los platillos que preparaba como para competir.
Gracias a su talento culinario, Blanca pronto empezó a ser reconocida por instituciones y empresas que resaltan el valor de la comida local y tradicional, especialmente en un país cuya gastronomía es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
"La gente extranjera está volteando hacia Tzintzuntzan, está viendo que hay una comunidad indígena que está sobresaliendo por sus sabores, por su cultura y por cada platillo que tiene una historia"
Blanca empezaba a trabajar al lado de reconocidos chefs no sólo de México, sino del mundo. Su nombre también resuena en programas de televisión como Crónicas del Taco (Netflix) o Máster Chef Michoacán, en donde tuvo el papel de jurado. Además, es parte del documental Los 10 Imperdibles de la Cocina Michoacana, lo que ha atraído la atención de amantes de la comida en todo el mundo a su cocina.
El esfuerzo de Blanca también se vio reflejado en su propio negocio. Atrás quedaron los días en los que sus clientes se sentaban en la banqueta para saborear sus creaciones, pues hoy tiene su propio restaurante, La Casa de Blanca, adaptado con más comodidades peo sin cambiar la delicia de sus platillos. Un trabajo en el que día a día recibe a nuevos clientes que no se quieren perder el mole de guajolote, la yarara, taquitos de charales, chiles rellenos de uchepo o puerco en chile negro.