Una verdadera pionera en su campo. Nacida en Washington D.C. En 1879, Ynés Mexía creció en México y encontró su pasión por la naturaleza, explorando y aprendiendo sobre la vida salvaje, y convirtiéndose en una de las primeras miembros del movimiento de conservación del medio ambiente en California.
Después de mudarse a San Francisco, Ynés se enamoró de la fauna y flora del Norte de California, volviéndose parte del Sierra Club y la liga de Save the Redwoods, donde comenzó el movimiento por la protección y conservación del medio ambiente, al comienzo de los 1900s.
Su extensivo conocimiento por la botánica la haría convertirse en una pionera en su campo, ya que las expediciones botánicas en este tiempo no tenían campo para una mujer, viéndose peligroso y masculino para la sociedad. Ynés hizo su primera expedición en Sinaloa, México en 1925, recolectando más de 1500 especímenes y explorando regiones diversas. Ynés lograría recolectar alrededor de 150,000 espécimenes, y describiría alrededor de 500. además de tener 50 plantas nombradas en su honor, gracias a su trabajo y dedicación.
“Mexia tenía propiedad. Ella estaba logrando hacer exactamente el trabajo que ella quería,” reveló el profesor de historia de biología en la Universidad de Florida.
Ynés hizo historia durante su primera expedición en Alaska, como la primera persona en recolectar muestras de una región que ahora se conoce como el parque nacional Denali.
La apasionada recolectora botánica viajó muchas veces sola, montando a caballo y durmiendo en las afueras a merced de la naturaleza. Ynes exploró Ecuador y Colombia y se vio involucrada en una impresionante aventura al encontrar la palma de cera en Colombia, teniendo la misión de recolectar una muestra y llevarla a los Estados Unidos. Sin embargo se encontró en medio de un terremoto y fue luego salvada por tribus indígenas después de comer bayas envenenadas.
“Decidí que si quería estar familiarizada con el continente Sur Americano la mejor forma seria recorriéndolo de un extremo al otro,” explicó la exploradora en el boletín Sierra Club. Ynés se convertiría en una pionera en su área, abriéndole la puerta a múltiples generaciones de mujeres recolectoras y científicas.