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Piedad Salazar, también conocida como Pía, ha construido una carrera como cocinera y repostera llena de muchos éxitos. Hace apenas un año fue reconocida como la mejor pastry chef de Latinoamérica y este año la plataforma 50 Best la catalogó como Best Pastry Chef in the World 2023.
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Originaria de Ecuador, es proveniente de una familia principalmente dedicada a la fabricación y distribución de sombreros de paja, sin embargo, su destino era otro e inspirada por sus abuelas se fue involucrando en la gastronomía desde muy joven y es esta etapa en su vida la que la continúa guiando en la invención de sus postres.
Egresada de la UTE University, en Ecuador, esta mujer y empresaria decidió no quedarse sólo con lo que podía aprender dentro de sus fronteras y viajó a México para especializarse en repostería. Ambos títulos le bastaron para iniciar su experiencia profesional que la llevó a trabajar en uno de los restaurantes peruanos más reconocidos de todos los tiempos, Astrid y Gastón, donde compartió y aprendió de Astrid Gutsche, quien se encargaba de la pastelería del recinto limeño.
Enrique Olvera probó aquella elaboración, quiso verme y me dijo que nunca un postre le había emocionado tanto. Aquel día me prometí creer en lo que yo hiciera”
2014 significó un importante año para la historia de Pía, ya que en este inauguró Nuema, un restaurante en Quito que fundó con Alejandro Chamorro, quien había sido su becario, luego su amigo y terminó siendo su pareja tanto en la vida como en el trabajo. Con este espacio, que en muchas ocasiones ha entrado en la lista de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica, Pía ha hecho historia, gracias a que se pone el mismo interés en la comida salada como en la dulce y con los años y la experiencia ha buscado que la barrera que existe entre ambos mundos sea cada vez más endeble.
En entrevista para el periódico La Vanguardia, días después de haber sido acreedora al reconocimiento que la abala como la mejor repostera del mundo, la chef expresó que tanto la cocina salada como la dulce deben tener una de la otra, “ambas han de trabajarse desde la complicidad, como tratamos de hacer en Nuema. Yo le digo a Alejo (su pareja y socio): ‘Si tú empiezas bien el menú yo he de acabarlo rebién’” y no cabe duda que así lo hace.