Desde Ciudad Juárez, México, hasta las calles de Nueva York, la trayectoria de Alexa Rodulfo es el testimonio perfecto de cómo la pasión y el talento pueden atravesar fronteras. Alexa, una artista autodidacta en maquillaje y peinado, se convirtió en el nombre que retumbó en los círculos más exclusivos de la alta sociedad neoyorquina. La revista Vogue la nombró, en 2006, como una de las maquilladoras más solicitadas en la escena social de Nueva York. Y no es para menos, figuras de la talla de Ivanka Trump, Carolina Herrera y Lauren Santo Domingo han confiado en sus manos expertas.
Más allá del maquillaje, la visión de Alexa se ha expandido hacia el mundo de las fragancias. En 2009, presentó su Colección de Velas Alexa Rodulfo, que buscaba ofrecer algo más que simple iluminación. Cada vela es un viaje sensorial, evocando recuerdos, emociones y momentos de calma.
“Estoy fascinada por la capacidad de una fragancia para capturar un momento en el tiempo, llevarnos de regreso a nuestros recuerdos, invocar nuestras emociones y realizar con nosotros nuestros sueños.”
Estas no son simples velas. Son piezas de arte que llevan la esencia de lugares lejanos, recolectadas por Alexa en sus viajes alrededor del mundo en busca de los ingredientes más finos. Alexa se ha asociado también con causas benéficas, como la Fundación Ricky Martin, para producir ediciones limitadas de sus velas y ayudar a niños y jóvenes en todo el mundo.
En un mundo donde la belleza y el estilo están en constante evolución, Alexa Rodulfo se destaca como una creadora que va más allá de lo superficial. Con su tenacidad y visión, ha transformado su pasión en un imperio y, en el proceso, ha iluminado la vida de muchos con su arte y dedicación.