La directora artística del Miami City Ballet es en esta ocasión una de las Latina Powerhouse, gracias a la estela de éxitos que sumó en sus más de cuatro décadas de trayectoria, convirtiéndola en una de “Las personas más influyentes en la danza actual”, según la revista Dance en 2018.
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A los cinco años, por recomendación médica para corregir un problema de pie plano, Lourdes tomó sus primeras clases de ballet destacando por el talento que más tarde le abriría las puertas de la School of American Ballet (SAB) en Nueva York, donde consiguió una beca completa. Alternando sus entrenamientos entre Miami y la Gran Manzana, en los veranos, finalmente hizo de esta última ciudad su residencia oficial al cumplir 14 años y solo dos años después, López ya formaba parte del Ballet de Nueva York.
López logró lo que ninguna otra en la historia de la danza, al convertirse en la primera bailarina principal de origen latino en el ballet de Nueva York
Aunque actualmente Lourdes López se ha retirado de los escenarios, antes de poner fin a su carrera como bailarina, la cubanoestadounidense dejó un gran legado que hasta el momento ha sido insuperable para las generaciones siguientes, al ostentar el título como la única latina que ha alcanzado el grado de bailarina principal del ballet de Nueva York, periodo en el que López trabajó para dos grandes leyendas de la danza clásica: George Balanchine y Jerome Robbins.
Su amor por la danza es tal, que tras su jubilación, la bailarina continuó aportando su experiencia y conocimiento. Escribió y produjo segmentos dedicados al arte en WNBC-TV en Nueva York. Además de incorporarse a la plantilla de la Academia de Ballet Este, de esta misma ciudad. Luisa fue capaz de transcender fronteras para refrendar su amor por el ballet, disciplina a la que dedicó su vida sobre y fuera de los escenarios al ocupar diversos puestos: directora ejecutiva de la Fundación George Balanchine y cofundadora de The Cuban Artists Fund y la compañía de danza y arte Morphoses en Nueva York. Una eminente trayectoria por la que fue galardonada con el Premio “Una vida para la Danza” del Festival Internacional de Ballet de Miami.