Leonor Espinosa es propietaria del restaurante Leo en Bogotá, Colombia, ubicado en el puesto 46 de los 50 mejores restaurantes a nivel mundial. Ella se encuentra entre las personalidades más importantes de su país y de América Latina. ¡Una de las mejores cocineras del mundo es latina!
Espinosa es conocida por su constante promoción de los productos y sabores locales colombianos y por celebrar la biodiversidad del país. En su cocina, Leonor crea deliciosos aperitivos como mejillones con coco y sal de Galerazamba, camarones secos con caracoles y hormigas, y platos principales que incluyen gelatina de pato servida con aceite de coquindo de la selva amazónica y sal del Salar de Manaure.
Aunque Leonor nunca estudió para ser chef profesional, sus más de 15 años de experiencia al frente de la industria gastronómica le dieron las herramientas necesarias para convertirse en la mejor innovando y atendiendo a los paladares más exigentes.Tras culminar sus estudios de Economía y Bellas Artes, Leonor aprendió a cocinar de forma autodidacta. Sabiendo que su talento era innegable, abrió un restaurante en 2007. Inspirada en el concepto del “ciclo del bioma”, Espinosa crea platos con especies e ingredientes que constantemente se pasan por alto. “Ahí fue cuando entendí que la cocina era una profesión interdisciplinaria”, explicó.
“Había trabajado para varias agencias y de la noche a la mañana di un giro de 180 porque ya no quería ser parte del mundo corporativo. Muchas cosas convergieron para mostrarme que el verdadero camino hacia la expresión artística era la cocina. Regresé a la escuela de Bellas Artes de Cartagena, a la que había asistido más de dos décadas antes, y me di cuenta de que podía ser artista sin ser un ‘artista de museo’, y que el arte podía trascender más allá de lo visual”.
“Mi recuerdo más fuerte de comida es en una finca en La Mojana, Sucre… Amigos y familiares estaban reunidos alrededor de una mesa enorme cubierta de hojas de plátano que a su vez estaban cargadas con sabrosos platos como liebre, guartinajas ahumadas [un roedor de las tierras bajas] guisado en leche de coco, sancochos [sopas y guisos], carnes asadas, arroces, sopa de mote y ñame, rollos de maíz fresco al vapor y queso costeño fresco, entre otros”, escribió Espinosa en su libro de 2018, Lo que Cuenta el Caldero).
“Pasé gran parte de mi infancia en zonas rurales dedicadas a la crianza de ganado y agricultura, y los sabores y aromas de las fogatas están grabados en mi mente”, agregó la chef.
Espinosa quiere que su legado continúe a lo largo de generaciones; por eso, junto a su hija Laura Hernández Espinosa, creó una organización sin fines de lucro para apoyar a las comunidades indígenas. Con Funleo, el dúo madre-hija utiliza las influencias para inspirar y proteger ingredientes y técnicas ancestrales.
Gracias a su gran corazón y causa solidaria, Espinosa recibió el premio Basque Culinary World por “recuperar y promover las tradiciones culinarias de las comunidades indígenas”.