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Natalia Denegri es una mujer intrépida que llegó a Estados Unidos dispuesta a conquistar y ha logrado el éxito, y que aunque ha cosechado innumerables premios y reconocimientos, sigue siendo esa mujer sencilla, accesible que siempre está atenta a las necesidades de los demás.
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“Mi misión en esta vida es traer un rayo de luz donde hay oscuridad y dar voz a quienes lo necesitan, y tengo la gran fortuna de que mi trabajo me permite hacer ambas cosas. ¡Soy una mujer afortunada!”.
Denegri pasó de ser periodista y presentadora a convertirse en una completa emprendedora de medios, abriendo su propia casa de producción, Trinitus Productions, en donde comenzó a dar forma a sus programas y donde se agregó la revista nocturna, Atrevidas. Además, incursionó en la producción de películas y documentales, donde ganó 17 premios Emmy y muchos otros premios de festivales internacionales de cine.
Todo esto, combinado con su fuerte labor humanitaria y en conjunto con la Fundación Familia Hassenfeld y Hasbro Toys, fueron algunos de los hechos que la llevaron a recibir la llave de la Ciudad de Miami por su compromiso solidario. Incluso fue reconocida por el Congreso de los Estados Unidos con un diploma por su ayuda humanitaria.
En 2017, Denegri organizó su primera misión humanitaria internacional para asistir a las víctimas del huracán María en Puerto Rico, convocando hospitales, empresas, médicos e incluso celebridades como Adamari López, Johnny Lozada, Carlos Ponce y Henry Zakka, entre otras figuras. “Regresamos a Miami con 300 personas que necesitaban atención médica urgente, que no hubieran podido sobrevivir en la isla sin electricidad ni suministros”, recuerda.
A partir de 2018 coordinó varias misiones filantrópicas para Venezuela, y en 2019 viajó personalmente a La Guajira, Colombia, donde vivió de primera mano las precarias condiciones en las que viven las comunidades Wayuú.
“Más de tres mil niños murieron por falta de agua. Cuando llegamos con el equipo de Hasbro, la Fundación Hassenfeld, Corazones Guerreros y Proyecto Guajira con suministros para beber, los niños corrieron desesperados a pedirnos vasos para beber… desde entonces no hemos dejado de ayudar. Durante la pandemia, continuamos enviando agua potable, alimentos, medicinas, mascarillas e incluso voluntarios y médicos. También colaboramos con fondos para la construcción de dos escuelas que reúnen a toda la comunidad”.
Sus planes para el futuro reflejan su espíritu altruista y su ética de trabajo. “Aunque la situación COVID-19 se encuentra en sus etapas finales en Estados Unidos, lamentablemente esa no es la realidad global, especialmente en América Latina. Por ello, a través de Corazones Guerreros y en conjunto con la Fundación Familia Hassenfeld, continuaremos brindando asistencia médica, medicinas y todo el apoyo necesario a las comunidades más necesitadas”.