Sofía Castro nos cuenta cómo fue trabajar con su mamá, Angélica Rivera, en su primer proyecto juntas

Pamela: La verdad, yo me siento muy, muy afortunada de ser parte de este proyecto, sobre todo con los compañeros y las compañeras que me acompañan, no solo por el regreso también de Angélica Rivera, que es como un notición para la televisión mexicana, sino también con este proyecto que, como bien dices, es tan conocido, pero me gusta que lo estamos contando desde una perspectiva más actualizada. Entonces, sí, está ahí los mismos temas, pero con otro tono y con otra perspectiva. Y creo que, en lo personal, el personaje que me tocó, que es muy importante es parte de los protagonistas un poco. Entonces, para mí, eso es muy importante en mi carrera personal.

Sí, bueno, muy afortunado. La verdad que hemos creado una familia fantástica entre todos y el rodaje ha sido muy bonito, muy rápido. Lo hemos pasado todo muy bien, hemos estado todos muy juntos. Te hablo tanto equipo artístico como técnico, como con dirección, producción. Y desde el principio que me comentó Epigmenio (Ibarra, productor) cuál era el proyecto, con quién era el proyecto, le dije: “No, o sea, por supuesto que sí”. El tema que toca, que sigue siendo tan actual, parece mentira, después de no sé cuántos años, treinta y tantos años, y sigue estando ahí tan presente. Y nada, desde el principio con los ensayos y todo ha sido, no sé, ha sido muy fácil, muy fácil.

 Bueno, no sé, todos los proyectos son un reto. Cuando empiezas un proyecto nuevo, no hay otro y no hay nada que mirar atrás, digamos. Entonces, el reto, como cualquier otro proyecto, es tener la confianza de los directores, tener la química con tus compañeros, hacerte amigo de los cámaras y del sonido y de todos y ponerte a grabar, que es lo que más nos gusta, a contar historias. Y nada más, yo la verdad lo dejaría así de sencillo.

Sí, la verdad fue muy bonito. Ha sido un proceso muy lindo el poder trabajar de la mano de mi mamá. Es un sueño hecho realidad. Siempre estaré agradecida por este hermoso regalo con Epigmenio Ibarra y obviamente con la empresa por darme la oportunidad de trabajar con ella, de estar en su regreso. Fue algo muy bonito que hicimos las dos, una relación madre-hija es completamente diferente, que la gente va a disfrutar mucho y que yo disfruté mucho, mucho, mucho hacerla. Nuestras escenas de gritos quedaron bien padres y estuvieron muy divertidas de hacerlas.

Creo que siempre. La mamá es la mamá, en donde sea, mi mamá siempre me da muchos consejos. Y el estar las dos ahí, lo disfrutamos mucho las dos, fueron varios.

Yo creo que muchos hijos de papás divorciados se van a identificar cuando de repente tienes que ser o eres más afín con uno o con el otro, o cuando sientes culpa con uno o con otro. Cuando hay papás divorciados, de repente llega a pasar eso. Antonia es mucho más cómplice y más igual a su papá y es por eso que va a empezar a tener muchos confrontamientos con Eloísa, hasta que le va a pasar algo muy fuerte en su vida y en su relación. Y ahí es donde se va a empezar a dar cuenta que es más parecida a su mamá de lo que cree. Entonces, está muy bonito eso.

Extraordinaria, la mejor de todas, mi mamita.

Ella tiene estas dos facetas, una mujer que al ojo público puede parecer que lo tiene todo bajo control, que es muy exitosa, que es brillante en lo que hace y en la parte personal es muy torpe con la toma de sus decisiones porque involucra, evidentemente, emociones y sentimientos y su relación personal con su pareja. Creo que, como dijiste al inicio de la pregunta, aprendemos mucho a juzgar el papel de la amante, y siempre la responsabilidad parece que recae siempre en ella y se nos olvida que la otra persona es quien está rompiendo los acuerdos, sobre todo en este ejemplo, que el que es casado es él. Y se nos olvida que la amante también es un ser humano que también tiene muchos sueños, que tiene muchas expectativas, que ama y que está enamorada y que ella está haciendo su apuesta con buenas o malas decisiones, pero que está también muy involucrada sentimentalmente hablando. Entonces, para mí, poder interpretar eso y querer llevar eso al público, que no solo sea como: “Ay, la mala, la antagonista, vamos a quemarla”, como tendemos a pensar sobre todo en las telenovelas. Quería salir un poquito de ahí para que pudiéramos ver a un ser humano un poco más completo.

Iván: Sí, y además como hombre, es verdad que es tremendo en la sociedad, por lo general, como cuando sale a la luz un caso de gente conocida y tal, es impresionante cómo al hombre se le protege y se culpa a la amante. O sea, es demencial, de verdad. A mí me sorprendía, me sigue sorprendiendo a día de hoy mucho y creo que es hora, primero, de no juzgar tanto, que cada uno tiene que poner sus reglas en sus matrimonios y arreglar las cosas, pero desde luego, no machacar así a la mujer en este caso.

Es complicado, es complicado. Pero mira, yo diría que Octavio es un hombre que ha crecido en el patriarcado, el que ha hecho las cosas como tienen que ser, como ha sido enseñado y como ha sido dispuesto. Y lo ha hecho muy bien y se encuentra con que la sociedad, afortunadamente, o las mujeres que le rodean, le empiezan a dar una vuelta a todo. Y es un hombre lleno de conflictos en el que poco a poco va a ir, obviamente, viendo la luz porque se le va cayendo todo por donde va pisando, se le va derrumbando su mundo.

Creo que los hijos siempre queremos la admiración de los papás, siempre queremos ese reconocimiento y siempre trabajas por eso. Y creo que eso es algo que tienen un poco en común, Sofía y Antonia: la perseverancia y las ganas de cumplir sus sueños y sus metas, a pesar de quiénes son sus papás, y esas ganas y esa disciplina de querer destacar en su ámbito profesional.

Pamela: Yo creo que son otros tiempos. O sea, como el tiempo que ha pasado de la última vez que vimos esta historia contada en televisión y sin duda, como la conversación en torno a esos temas, a pesar de que esos temas siguen pasando y que siguen siendo importantes de dialogarse, sí creo que es diferente. O sea, ya no es lo mismo hablar de infidelidades o de la diferencia de edad en la pareja hoy que 25 años atrás. Entonces, yo creo que eso, la perspectiva como más actualizada, sí es un punto importante.

Iván: Sí, creo que también tiene que ver con el formato y la manera de narrarlo. Esto, lejos de ser una telenovela de 100 capítulos, son ocho capítulos. Entonces, es otra narrativa un poco distinta.