Tras su regreso a la tv con 'Pedro, el escamoso', Ana María Trujillo sueña con un papel de villana

Para mí ha sido un honor, una felicidad muy grande, porque definitivamente lo que más me gusta hacer en la vida es actuar. Yo tengo otras cositas que hago que no tienen nada que ver con esto, pero para mí ha sido una felicidad inmensa, sobre todo después viendo el éxito que tuvieron, entonces es algo muchísimo más gratificante todavía. Y haber trabajado con Miguel (Varoni) que es un monstruo, con Carlos Torres, con el elenco que tenemos de primera, todos los de la 'Pedro 1 (la producción original)', que son los genios, impresionantes, los mejores actores que hay en Colombia. Y con esta nueva generación también de actores jóvenes, bonitos, preparados, ha sido una felicidad muy grande.

Es mamá soltera, es una mujer increíble, trabajadora, echada para adelante, berraca, como decimos en Colombia, que tiene una empresa creada por ella y la ha llevado a ser una de las empresas más reconocidas en Colombia. Y Pedro la envuelve y la enamora, pero no la envuelve de manera mentirosa, sino todo basado en lo más puro que tiene Pedro, que es el amor de verdad. Y termina rendida a sus pies, obviamente, mi personaje lo hace sufrir un poco, pero porque él también la hace sufrir.

En la parte actoral es como andar en bicicleta, totalmente. En la parte física, las mujeres somos vanidosas y han pasado 13 años en lo que me he dejado de ver en televisión actuando, porque he hecho otras cosas, pero como presentadora, y verse así es como verse al espejo. Cuando tú estás actuando, están todos los ángulos que tú normalmente no te ves. Entonces, yo me encontré con una Ana María 13 años más vieja, que había dejado de ver, y de repente me vi, pasados 13 años, y cuando estaban los ensayos, yo lo único que hacía era verme las arrugas y la papada, y el entrecejo y todo. 

Me estaba dando duro, y la idea de los ensayos es ir a verte actoralmente pero no lo lograba. Yo entraba al máster y yo decía: ‘Ya, no te veo vieja’. Claro, han pasado 13 años, hasta que dije: ‘No, ya, o sea, Ana María nomás. Tú lo que tienes que hacer es la parte actoral’.

 Gracias a Dios lo logré, porque desde que entramos en las primeras escenas ya grabadas, me sentí como pez en el agua, como dices tú, en la bicicleta.

Yo soy feliz cuando me siento bien. Yo me voy a sentir feliz cuando me veo bien. Entonces, ¿por qué no voy a invertir en eso? Y no hay que invertir grandes cantidades. Mira, yo desde que tengo 11 años uso un bloqueador solar, todos los días. Y la verdad es que casi no tengo manchas, gracias a Dios. Pero no hay el mejor anti-age en el mundo que el bloqueador solar. Siempre lo he dicho, es impresionante. Y no hay mejor desmanchante que el bloqueador solar. También hay que tomar agua, muy importante y cuidar lo que uno come.

Yo creo que básicamente es eso, la alimentación, el bloqueador, el agua y cuidarse del sol. Y tener una vida feliz, claro. Empezar a ver las cosas buenas. Mis padres nunca se quejaron de nada, no critican, no destruyen. Por ejemplo, yo veo una mujer bonita, ¿y cómo no decirle que es bonita? Yo soy de las que lo digo. O cuando veo a una mujer con un vestido bonito, ¿por qué no decirle que te gusta el vestido?

verla, porque tú sabes que la carrera es así. Como dicen por ahí, uno sabe a hora se levanta, pero no sabe a hora se acuesta. Y entonces, yo vivía metida en el set y ellas me veían ahí, se acostumbraron a eso. Pero obviamente, la chiquita, cuando yo dejé de actuar, tenía cuatro años, o sea, estaba muy chiquita. Cuando dejé de actuar, presenté noticias, entonces, ella iba al noticiero y se sentaba así y se ponían ante las cámaras y feliz, toda la vida, eso le encantó. Pero obviamente, llegó un momento en que decía: ‘Mami, trabaja’, porque se acostumbraron a verme trabajando. Hice un break por ellas, yo no había tenido la oportunidad de llevar a mis hijas al colegio, de recogerlas, de ir a almorzar juntas, de ir a todos los shows del colegio. Yo siempre me perdí algo y me dije, ‘me voy a dedicar a ellas, me voy a dedicar a estar en la casa, algo que nunca lo había sido.

Hoy en día Catalina tiene 24 años, es cantante, actriz, y Julieta tiene 18 y quiere estudiar cinematografía.

Yo me muero por hacer un personaje de mala. Bueno, te tengo que confesar algo. Yo hice un personaje de mala, pero terminó siendo una mala chistosa. Para ‘Los caballeros las prefieren brutas’ a mí ese personaje que hice no me lo iban a dar, porque en Colombia siempre me dan los personajes buenos, pero ese casting pasó por Sony, en Los Ángeles y dijeron ‘la queremos a ella de Esther’, y le decían desde Colombia ‘no, ella no puede ser Esther, ella no es mala’. Y que me lo dan. Fue ese papel por el cual me nominaron y era un papel de una muy mala, mala.

Gracias. Gracias y te amo. Esas son las palabras que le puedo decir en este momento. Gracias porque yo sé que de cierta manera... Bueno, yo sé que por la química me escogieron, que hubo entre nosotros dos. Gracias porque el actor Miguel me ayudó a crecer a mí, a mi personaje. Gracias porque yo vi a uno de mis grandes amigos, y no solamente él, a Cathy, que era más amiga mía antes que Miguel, ahora son igual de amigos los dos, los amo a los dos. Gracias por la amistad que tengo con él, gracias, la palabra más grande que le pongo hacia Miguel, gracias.