París 2024 ha sido, hasta ahora, la competencia más alegre para Simone Biles. La atleta llegó a los Juegos Olímpicos mucho más enfocada en su salud mental que durante Tokyo 2020, lo que le permitió demostrar su talento a la par que su amor al deporte. Esa fortaleza, sumada a su disciplina y esfuerzo, la hacen despedirse de París con la frente en alto, tres medallas de oro y una más de plata; un logro personal con el que suma un total de 11 medallas en su historia en los Juegos Olímpicos y que la hace mirar hacia el futuro con el deseo de iniciar una familia.
Al hablar sobre los planes de tener hijos junto a su esposo, el jugador de fútbol americano Jonathan Owens, la atleta de 27 años sonríe de forma distinta, con esperanza y alegría por sus planes con el hombre al que dio el "sí, acepto" en una íntima boda en 2023. "¡Sí! Jonathan y yo siempre hablamos sobre tener niños. Si él pudiera, ya los tendría desde ayer", asegura feliz durante una charla en Today Show.
"Obviamente, los dos tenemos metas que queremos alcanzar antes de empezar una familia, pero sí, es algo que está en nuestro futuro", agrega contenta sobre esa nueva etapa en su matrimonio.
Y aunque es algo que ilumina su sonrisa, quizá 'La Reina de la Gimnasia' esperaría un poco más para hacer ese sueño realidad. Según sus propias palabras, podría animarse a competir en los siguientes Juegos Olímpicos, a celebrarse en Los Ángeles en 2028. "Las siguientes olimpiadas son en terreno casero, así que nunca sabes. Me voy a relajar y ver hacia dónde me lleva la vida", dijo entre risas sin confirmar su participación, pero dejando abierta esa posibilidad.
El agradecimiento a sus padres
La vida de Simone no habría sido la misma si sus abuelos maternos, Ronald y Nellie, no la hubieran adoptado. Sus padres biológicos tenían problemas de adicción, por lo que desde muy pequeña vio a sus abuelos como sus papás. Fueron ellos quienes aceptaron inscribirla a un instituto de gimnasia bajo la tutela de la famosa entrenadora, Aimee Boorman, quien la vio a los seis años imitando por diversión a otras gimnastas durante una excursión.
Agradecida por ese apoyo incondicional que recibió por parte de su familia, expresó: "Si no fuera por mis papás y la adopción, no estaría aquí hoy", dijo sin dudar cuando le preguntaron quién era esa persona por la que todo esto fuera posible.