Pedro Baldo y Bruno Pizá, los jóvenes talentos que han conquistado las pantallas mexicanas
Su trabajo en la exitosa telenovela ‘Tu vida es mi vida’ les regaló gran popularidad y ahora el público pide una secuela. Estos jóvenes se confiesan sobre sus inicios, pasiones y todo lo que los ha llevado a este momento de su carrera
Nacido en Jesús María, un poblado de Córdoba, Argentina, Pedro es un talentoso joven que descubrió su vocación actoral cuando ya había tenido algunas otras experiencias laborales. Su infancia la describe como bonita y asegura que crecer en una zona rural tiene sus cosas positivas, como la tranquilidad y la capacidad de pasar mucho tiempo rodeado de la familia y amigos. “Trabajaba en el campo y empecé a estudiar una carrera relacionada, pero con el tiempo descubrí que lo que realmente quería hacer era actuar y es que eso también es parte de crecer en un pueblo, que tienes pocas oportunidades para algunas cosas”, confiesa.
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Pero como nunca es tarde, hace tres años, en 2021, decidió salir de ahí para buscar suerte en Buenos Aires. “Ahí fue cuando empecé a estudiar actuación, pero también fue una forma de conocer el mundo, porque a la par hacía repartos de comida para pagarme las clases, en fin, salí completamente de mi zona de confort”, nos comparte
Pero todo lo vivido fue para bien, porque en ese momento se le presentó una oportunidad que sería la responsable de darle un giro total a su vida en su país nata. Junto a algunos amigos, Pedro realizó una audición para integrarse al CEA, una reconocida escuela de actuación que forma parte de Televisa y, aunque lo hizo por pura casualidad, esto le provocó la corazonada de que tenía que venir a México y aquí continúa demostrando su talento.
Por su parte, Bruno que es el más joven del dueto, es nacido en la capital mexicana y un orgulloso de sus orígenes. En contraste con su coprotagonista y ahora gran amigo, este joven de 19 años recuerda que su camino por los escenarios y los foros inició hace ya más de 10 años, cuando apenas tenía 7. “Inicié en teatro musical y para mí fue difícil encontrar un referente para desarrollarme actoralmente, es decir, encontrar en qué lugar podía prepararme y estudiar, porque nadie en mi familia había perseguido esto”.
Y es que en Bruno, la vena creativa claramente viene de familia, ya que está rodeado de artistas, pero de disciplinas muy diferentes, pues su papá se dedica a la arquitectura y su mamá es diseñadora de moda. A pesar de esto, su amor por la actuación sobresalió y con grupos de teatro escolar y más tarde con cursos, se fue armando en esta carrera que ahora lo ha vuelto tan popular en el público mexicano.
Su primera experiencia profesional la tuvo a sus 14 años, cuando fue convocado para participar en un musical que se llamó “a los 13” donde compartió con Jesusa Ochoa, hija del reconocido actor Jesús Ochoa, además de otros talentosos jóvenes. En el Teatro Libanés fue donde surgió la intención de actuar frente a una cámara, ya que asegura que son dos técnicas completamente diferentes, por lo que se lo propuso e inició su preparación, mientras continuaba con su desarrollo personal.
Con el tiempo fue invitado a participar en distintos proyectos en los que participaba con personajes incidentales, pero fue hasta 2023 cuando llegó la oportunidad que le daría la popularidad que ahora tiene, cuando fue seleccionado para interpretar a Diego en la novela ‘Tu vida es mi vida’, donde junto a Pedro crearon una historia entrañable para miles de personas que ahora buscan tener una segunda parte.
Si bien no tienen en su familia a personas que hayan abierto camino para sus carreras, ¿quiénes son sus ejemplos a seguir en esta industria?
Bruno: Para mí lo que me inspira en general es el teatro que se hace en México, me vuela la cabeza y trato de ir muy frecuentemente. Y bueno, creo que en particular, mi director favorito es Darren Aronofsky, siento que es un director que sabe plantear muy bien sus ideas en colaboración con los actores y las actrices con los que trabaja para hacerlos llegar a un punto tan incómodo y tan bello para ver, que creo que es mi referente más fuerte.
Pedro: Yo tengo muchos, uno de ellos es Ricardo Darín, que además de ser un actorazo, es una gran persona que admiro muchísimo. Ver como habla de su familia, de su trabajo, siento que es un actor que aunque ha triunfado mucho en teatro y cine y lo han llamado para proyectos internacionales, a veces ha tenido que decir que no por querer estar con su familia. También Meryl Streep y Daniel Day Lewis, me parecen los mejores actores en cuanto a talento y trabajo en sus personajes. Admiro mucho también a Leonardo DiCaprio, porque además él decidió diversificarse y dejar un poco la actuación para meterse en otros ámbitos, como la producción.
Son muy jóvenes y aún están construyendo su carrera, pero ¿tienen un plan b?
Pedro: Desde niño quise ser actor. En la escuela había algunas clases de teatro que eran las alternativas, pero a mí me encantaba y de cierta forma sabía que eso era en realidad quería, sin embargo, estando en el pueblo, seguí los pasos de todos y por inercia me dedicaba a lo agropecuario y empecé a estudiar ingeniería agrónoma, aunque antes me había direccionado hacia la arquitectura.
Bruno: Yo tampoco tengo un plan b, y creo que actualmente es lo que más me asusta, porque no me veo en otra cosa. En algún momento llegué a pensar en estudiar algo más, pero siempre pensando en cómo podría enriquecer a mí yo actor y tengo la intención de tomar algunas clases o algo relacionado con psicología, pero en realidad lo haría para mejorar en mi proceso de construcción de personajes.
En este proceso de trabajar juntos, ¿durante sus conversaciones encontraron puntos en común en sus historias?
Pedro: Sí, muchos, pero uno del que me acuerdo mucho es que Bruno me platicó que de niño estaba en su cuarto imaginándose todos los personajes que le gustaría interpretar y yo de chico también. Siempre me encerraba y primero me imaginaba a todos, luego los dibujaba y empezaba a actuar, les daba su voz y ponía a mi hermano, que es más chico, a verme. Creo que todo eso lo tenemos intrínseco y desde la infancia.
Bruno: Sí, justo. Un punto en común mientras estábamos en la novela es que nuestros niños internos en esos momentos estaban felices porque estábamos trabajando y haciendo lo que nos gusta tanto.