En medio de los puntos más emblemáticos de París, y con celebridades icónicas del cine, el deporte y la música francesa, dio inicio la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos 2024. Después de tomar la antorcha de manos del actor Jamel Debbouze, Zinedine Zidane recorrió París con imágenes de las Olimpiadas pasadas, hasta llegar al metro y encontrarse con unos pequeños que continuaron el recorrido de la antorcha por las catacumbas con un ambiente al estilo El Fantasma de la Ópera.
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Finalmente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto a Thomas Bach, presidente internacional del comité olímpico, y entre fuegos artificiales con los colores de la bandera de su país, dio inicio a la ceremonia frente al río Sena.
Más de 300 mil personas se abarrotaban en balcones, gradas y ventanas para ser testigos de esta ceremonia en la que el desfile olímpico se realizó en barcos que navegaban por el Sena hasta Trocadero para dar inicio a la justa deportiva que tiene emocionado al mundo entero.
A través de los capítulos de la historia de Francia, Grecia, creador de los Juegos Olímpicos, inauguró el desfile; seguido por el equipo de los refugiados, en total 37 atletas que se han visto afectados por conflictos diplomáticos o situaciones como el cambio climático. Afganistán, Sudáfrica, Albania, Argelia, Alemania, Andorra, Angola, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Argentina, Armenia, Aruba, Austria y Azerbaiyán, Bahamas y Baréin continuaron con el recorrido.
Lady Gaga, con un estilo muy francés, fue parte del show musical. "Buenas noches, bienvenidos a París", dijo en francés para después cantar en el mismo idioma. Vestida completamente de negro tipo burlesque, y con plumas rosas como ornamenta entre sus bailarines y coreografía, puso el ritmo mientras las naciones avanzaban en su desfile.
El desfile de atletas continuó entre decoraciones rosas. Bangladesh, Bélgica, Belice, Benin, Bután, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Botsuana, Brasil, Brunei, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Islas Caimán, Camboya, Camerún, Canadá, República Centro Africana, Chile y China.
Desde los balcones de los edificiones que daban al río Sena, se apreciaban cientos de personas admirando el desfile que ha roto con la tradicional ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.
Un show de can-can continuó la emoción de la ceremonia que por todos lados derrochaba la tradición francesa.
El arte, la literatura, la música de ópera, malabaristas y hasta bailarines con estilo de mimo continuaron con el espectáculo.
Mientras, la antorcha continuaba su camino al pebetero a través de las calles de París, así como lugares importantes, como el Museo de Louvre.
Un corazón rosado apareció en el cielo parisino.
La lluvia no apagó el ánimo de los presentes, quienes continuaron atentos y cubiertos con impermeables o paraguas.
En medio de obras emblemáticas del Louvre, aparecieron sobre el Sena Chipre, Colombia, Islas Comoros, Congo, República Democrática del Congo, Las Islas Cook, Corea del Sur, Costa Rica, Costa de Marfil, Croacia, Cuba, Dinamarca, Yibuti, República Dominicana, Dominica, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, España, Estonia, Esuatini, Etiopía, Fiji, Finlandia, Gabón, Gambia, Georgia, Ghana, Gran Bretaña, Granada, Guam, Guatemala, Guinea, Guinea- Bisáu, Guinea Ecuatorial, Guyana, Haití, Honduras, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Irán, Irak, Irlanda, Islandia, Israel, Italia y Jamaica.
El pianista francés, Alexandre Kantorow, también estuvo presente en la inauguración.
Después de una interpretación de La Marsellesa, las naciones siguieron su rumbo sobre el Sena: Japón, Jordania, Kazajstán, Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kosovo, Kuwait, Laos, Lesotho, Letonia, Líbano, Liberia, Libia, Liechenstein, Lituania, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Madagascar, Malasia, Malawi, Maldivas, Malí, Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, México, Estados Federados de Micronesia, Moldova, Mónaco, Mongolia, Montenegro, Mozambique, Myanmar, Namibia, Nauru, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria y Noruega.
La fiesta continuaba mientras caía la noche y los países seguían desfilando por el Sena. Las luces parisinas poco a poco se encendían, brindando un espectáculo propio.
Nueva Zelanda, Omán, Uganda, Uzbekistán, Pakistán, Palau, Palestina, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Países Bajos, Perú, Filipinas, Polonia, Puerto Rico, Portugal, Qatar, Corea del Norte, Rumanía, Ruanda, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Marino, San Vicente y las Granadinas, Islas Salomón, Samoa, Samoa Americana, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Eslovaquia, Eslovenia, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Sri Lanka, Suecia, Suiza, Surinam, Siria, Tayikistán, Taipei Chino, Tanzania, Chad, República Checa, Tailandia, Timor Oriental, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Ucrania, Uruguay, Vanuatu, Venezuela, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes, Vietnam, Yemen, Zambia, Zimbabue, Australia, Estados Unidos y Francia siguieron antes de la parte más emocionante de la noche.
La bandera olímpica es presentada por una caballera en la Place du Trocadero.
En total, 206 delegaciones participan una medalla en las diversas disciplinas. Rusia y Bielorrusia no llevaron bandera de sus naciones debido al conflicto bélico con Ucrania.
Con la bandera ondeando en el asta, los presentes escucharon el himno de las Olimpiadas. La lluvia parecía no incomodar a ninguno de los 45 mil voluntarios que acudieron a París para ser parte de la historia.
Después de que Emmanuel Macron inaugurara oficialmente los Juegos Olímpicos, Zinedine Zidane recibió la antorcha del enmascarado anónimo que la llevó por todo París.
Rafael Nadal apareció en escena para tomar de las manos de Zidane la llama olímpica. Ambos íconos del deporte se dieron un amistoso abrazo.
A bordo de un bote, sobre el Sena, Nadal compartió la antorcha con Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci. Un ritual de la antorcha que muchos esperaban ver desde Tokio 2020.
En tierra, la antorcha pasó a manos de la extenista, Amélie Mauresmo y el basquetbolista, Tony Parker. La pareja compartió el fuego con los deportistas paralímpicos, Nantenin Keita, Alexis Hanquinquant y Marie-Amelie Le Fur.
La antorcha iluminó las calles mientras pasaba por las manos de los atletas que, vestidos de blanco, portaban con orgullo la llama. Finalmente, de manos del ciclista francés, Charles Coste, compartió el fuego con Marie-Jose Perec y Teddy Riner.
Luego de cuatro horas de haber iniciado la ceremonia de inauguración, Marie-Jose Perec y Teddy Riner fueron los encargados de encender el pebetero, el cual tenía la forma de un globo aerostático que ahora luce su esplendor en el aire, ante una ciudad iluminada y llena de ilusión.
Para cerrar con broche de oro, se contó con la actuación de Céline Dion, quien enfundada en un espectacular traje de brillos y perlas de Dior, se entregó por completo al público, quienes se dejaron cautivar por su presentación, una de las primeras apariciones en público en medio de su batalla contra el síndrome de persona rígida. Desde la Torre Eiffel, la cantante interpretó Hymne à L’amour, de Édith Piaf.