“Es muy lindo porque para mí son etapas muy diferentes, o sea, primero está la etapa en la que escribo la canción, la mayoría de mis canciones las escribo en mi cuarto con mi guitarra. Es muy lindo cuando de la nada siento como una avalancha de inspiración y tengo que correr a mi cuarto y comenzar a grabar con mi celular y comienzo como a improvisar melodías y letras. Eso es muy cool porque soy yo misma escribiendo sobre lo que siento, mis experiencias. Y luego viene la parte de meterte al estudio a grabar la canción y a ver cómo la quieres producir, porque hay tantos géneros por donde podría llevar una canción que a veces eso es muy complicado.
Esa, para mí, es la más desafiante. Porque tengo una canción escrita con voz y guitarra y digo ‘OK. Sí, ahora cómo quiero que suene’. Trato de escuchar muchísimas canciones en Spotify que de repente yo sienta que van por el vibe de la canción que acabo de escribir, como agarrar un poco de referencias para tener una idea.
Luego, mi parte favorita es grabar las voces en el estudio una vez que la canción ya está escrita y producida. Toma encima de toma. Luego cantarla en vivo y todo el proceso es muy lindo, después cuando ya tienes la canción lista y tienes que grabar el videoclip, ¡uy, me encanta! Para todos los videoclips trato de sentarme con el director a contarle un poco cómo yo me imagino el video. Por ejemplo, con ‘Estrellas’, que fue la canción que salió antes de ‘Contravía’, le dije: ‘mira, quiero agua, quiero, quiero viento, quiero como los elementos de la Tierra’. Así comenzamos a crear una historia alrededor de eso, y con ‘Contravía’, como es una canción súper fuerte, yo me la yo me imaginaba un videoclip como como súper rápido, con sentimiento de adrenalina, de éxtasis.
Nunca he tenido hijos, pero yo siento que es como tener un bebé porque lo cuidas por tanto tiempo, trabajas en esa canción por tanto tiempo que nadie la ha escuchado, solo tú, y tu equipo. Después la sacas al mundo y cualquier persona del planeta Tierra la puede escuchar y puede escuchar sobre tus sentimientos, sobre tus experiencias, sobre tú, sobre mis propias palabras.
Al comienzo fue difícil saber que todo el mundo podía escuchar lo que yo escribía sola en mi cuarto, pero ahora me encanta. Lo disfruto porque la gente me escribe y me dice: ‘Yo me he sentido igual’. Es una de las cosas más lindas de la música, porque sin querer queriendo la gente se relaciona y se puede sentir identificada, porque esa persona también lo siente. La música es, de una manera, como un lugar para sentirte acompañado”.