Aunque ambas residen en España, Jimena Pérez, en Madrid y Sandra de la Vega, en Sevilla, para acortar distancia, la conductora de Ventaneando se enlazó vía Zoom con la esposa de Andrés Guardado para participar como invitada en su podcast La Capitana, en el que La Choco recordó un poco de cómo fue su llegada a La Madre Patria. A tres años de haberse mudado, en compañía de su esposo, Rafa Sarmiento y sus dos hijos, Iker e Iñaki, la presentadora se ha adaptado completamente; sin embargo, al inicio tuvo que lidiar con algunas complicaciones, sobre todo en la época de la pandemia, cuando las restricciones hicieron que su esposo y su hijo fueran víctimas de insultos cuando realizaban los paseos diarios que por salud del niño tenían que hacer.
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La Choco contó por qué, para su familia, la cuarentena fue todo un tema: “Los cuatro la llevamos muy bien toda la pandemia, aunque sí había momentos en los que Iñaki tenía que salir sí o sí. La gente del gobierno dice: ‘La gente que tenga niños con problemas neurológicos puede sacar a sus hijos’. Aquí el problema era que como solo podía salir una persona de la familia, para Iñaki era muy raro, porque era normal ver que salíamos los 4, de repente Rafa le decía: ‘Vamos’ y él se quedaba en la puerta como esperándonos a Iker y a mí”, recordó la conductora de Ventaneando quien, en este tiempo ha venido en varias ocasiones a México a hacer algunos trabajos en televisión.
Aunque, en aquel momento, vivían en una propiedad con patio, el clima no jugaba a su favor: “No podía haber más de dos personas juntas de la misma familia. Sí fue difícil, nosotros cuando llegamos a una casa que estaba por el Santiago Bernabeu, que por suerte era una casa, tenía como un jardincito, pero también nos tocó en época de frío y tampoco podías estar saliendo tanto, porque sí hacía frío”. Con la autorización de salida para Iñaki, Rafa, su papá ideó mil formas de distraerlo: “Por suerte habíamos comprado un patín del diablo eléctrico y a Iñaki le encantaba, entonces Rafa se iba a dar vueltas en el patín con él y no te puedo explicar todo lo que le gritaron, hasta de los que se iba a morir le decían: ‘¡Asesino! Nos vas a matar a todos’”.
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La solución de Rafa
Debido a los constantes ataques por parte de algunos habitantes de la ciudad, Rafa tomó medidas para defenderse: “Un día, de repente lo veo pintando una camiseta, le digo: ‘¿Qué haces?’ y me dice: ‘Tengo que pintar una camiseta, como para poner el logo de autismo para que la gente sepa y entienda, aunque igual mucha gente no lo va a saber’. Porque la gente se metía mucho con él y no puedes ir explicándole a todos”. La Choco contó la ocasión que incluso fueron interrogados por policías: “Una vez lo paró la patrulla”. Tras explicarles la condición de Iñaki, los oficiales intentaron corregir su error con un gesto para el niño: “Me acuerdo que, por querer quedar bien, le dice el policía: ‘Puedo sonar la sirena para su hijo’”, añadió Jimena.