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La policía nacional de Noruega indicó que dos activistas climáticos intentaron adherirse al a obra maestra El grito de Edvard Munch, la cual está ubicada en una de las salas del Museo Nacional de Oslo. Las autoridades fueron alertadas por el personal del museo, quienes dijeron tener a tres individuos bajo su control. De acuerdo con la agencia noruega de noticias NTB, dos de ellos trataron de pegarse al cuadro, mientras un tercero filmaba la acción. La misma agencia reporta que los jóvenes gritaban: “No habrá ningún grito cuando la gente muera” o “Ningún grito cuando los políticos ignoran a la ciencia”, al mismo tiempo que intentaban vandalizar la obra de arte.
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La pintura –que data de 1893—no sufrió ningún daño, pues está protegida por un cristal. De acuerdo con las autoridades del museo, por el momento la sala permanece cerrada, mientras que el resto del lugar está abierto al público. La policía noruega indico que lo único que quedó sobre la vitrina fueron restos de pegamento, los cuales serán retirados a la brevedad.
A través de la cuenta oficial de Instagram del museo, se dio a conocer que la obra no sufrió daño alguno. “El icónico ‘El grito’ de Edvard Munch está ileso después de que los activistas intentaran pegarse a la pieza hoy temprano. El Museo Nacional gestiona el patrimonio cultural de Noruega y se distancia de cualquier tipo de daño a la colección del museo y al patrimonio cultural en general”, asegura la directora del Museo Nacional Karin Hindsbo. “’El grito’ es uno de los mayores tesoros artísticos de Noruega y una de las pinturas más famosas del mundo”.
Esta no es la primera de las atrocidades a las que ha sobrevivido El grito. El cuadro expresionista ha sido robado en dos ocasiones, la primera en 1994 y la segunda en 2004.
Medios noruegos indican que los activistas forman parte de la organización noruega Stopp Oljeletinga (Stop Oil Exploration). Los jóvenes dijeron que su ataque a la obra de Edvard Munch era con la intención de “presionar a los legisladores para que detuvieran la exploración petrolífera”.
Noruega es uno de los principales exportadores mundiales de gas y petróleo. Luego de que Rusia redujera sus exportaciones al resto de Europa, Noruega se convirtió en el mayor proveedor de gas en el continente. A inicios de octubre, medio como El País, reportaron que Noruega tiene previsto aumentar su producción en un 15% para 2023.
Astrid Rem, portavoz de los activistas, dijo a The Associated Press: “Ha habido muchas acciones similares en toda Europa, han conseguido algo que ninguna otra acción ha logrado: conseguir una gran cobertura y prensa”.
Los otros ataques al arte que se han suscitado
A lo largo del 2022, otras obras de arte han sido vandalizadas por activistas que buscan crear conciencia acerca del cambio climático. A principios de este mes, integrantes del grupo Ultima Generazione usaron pegamento para adherirse a la pared sobre la que colgaba el cuadro El sembrador de Vincent van Gogh, el cual fue vandalizado con puré de verduras. Este hecho se dio durante una exhibición de la colección del artista en el Palacio de Bonaparte en Roma, Italia.
En octubre, unos manifestantes arrojaron sopa de tomate sobre Los girasoles de Vincent van Gogh, en la National Gallery en Londres. Ese mismo mes, la pintura La joven de la perla (1665), del pintor Johannes Vermeer fue vandalizada por unos jóvenes en la galería Mauritshuis, de la ciudad de La Haya, donde está colgada.
La lista no termina ahí, pues el 5 de noviembre, dos activistas pegaron sus manos a los marcos de Las majas de Goya, en el Museo del Prado. En tanto, hace un par de días, dos activistas pegaron sus manos a la obra Latas de sopa Campbell del artista estadounidense Andy Warhol, en la Galería Nacional de Canberra, Australia.