A mediados de 2015 trascendió en los medios de comunicación la noticia del lamentable secuestro que sufrió la actriz Irán Castillo quien, por primera ocasión, le abrió su corazón a Mara Patria Castañeda en una entrevista para su canal de Youtube, en el que compartió detalles de los días que vivió en cautiverio. Irán agradeció poder tocar temas de los que nunca antes había hablado en público, como del padre de su hija mayor Irka, de su etapa de rebeldía en la adolescencia y de esta experiencia de la que aseguró, continúa aprendiendo: “Yo normalmente no hablo de mis cosas personales, entonces, estuvo padre que haya este espacio”, comentó la actriz al finalizar esta que se ha convertido en su conversación más transparente y en la que quiso recordar cómo enfrentó este evento tan fuerte tras ser víctima de la delincuencia: “Yo siento que hasta la fecha lo sigo resolviéndolo”, reconoció.
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Irá le contó a Mara Patricia por qué, tras ser liberada, tuvo que acudir a terapia para poder denunciar a sus secuestradores: “Cuando a mí me pasa esto, ¿has oído hablar del síndrome de Estocolmo?, yo siento que yo tuve ese síndrome un buen rato, te voy a explicar por qué: A mí me tuvieron 3 días ahí y fue muy intenso. Nunca me taparon como tal, pero si los volteas a ver te va fatal. Yo estaba con ellos, entonces, haces un vínculo y, ahora me queda claro, que todos somos uno y que estamos conectados, porque yo estaba ahí muerta de miedo y yo me conectaba con su miedo, porque ellos también tienen miedo de que los agarren o los metan a la cárcel y se hace como un miedo general”. A pesar de que sí fue una experiencia muy traumática, Irán reconoció que sus raptores no la lastimaron: “Nunca me pegaron, no me violaron, hasta te podría decir que buena onda, pero sí hubo mucha cuestión psicológica, porque su jefe el que hablaba por teléfono, ahora ya sabemos que estaba en la cárcel, él sí me violentaba mucho”.
Cuando recobró su libertad, Irán tuvo que luchar para entender que estaba sufriendo del síndrome de Estocolmo, debido a que se negaba a cooperar con las autoridades: “Tuvieron que llamar a una psicóloga para que fuera a hablar conmigo, porque yo estaba en negativa”. Después de la terapia que recibió entendió que los delincuentes estaban haciendo un gran daño en las calles: “Sí fue muy difícil denunciarlos. Había una chica que siempre, hasta la fecha, le voy a agradecer muchísimo, yo le decía: ‘Por favor no te separes de mí’ -porque era la única chica, los demás eran hombres- y ella me decía: ‘No te preocupes, no me voy a separar de ti’. Yo estaba segura de que nunca la iba a denunciar, porque gracias a ella no me había pasado nada, según yo. Ella fue la que más trabajo me costó. Luego supe que yo era la octava, ya había tenido a otras personas y les habían hecho mucho daño”, contó.
Irán recordó que, al principio de su cautiverio intentó ocultar su identidad; sin embargo, con las horas, sus captores lo descubrieron: “Al principio ellos no sabían (quién era ella). Su modo de operar era este: Vemos a una mujer que va manejando, la seguimos, la chocamos por atrás y cuando se baje, vámonos. Yo iba sola, me chocan, me bajo y de repente, me suben a la camioneta, me encañonan. Cuando llegamos a su casa de seguridad, me metieron a un cuartito, recuerdo haber estado sola un ratito y después vi pies entrar y me dijeron: ‘Uy ya vimos quién eres’”, narró la actriz quien admitió que al inicio del ataque ella creyó que se trataba de un robo: “Hasta la fecha mi mamá tiene secuelas de los nervios que le provocó manejar eso”, admitió. A pesar de lo difícil que fue atravesar esta situación, Irán asegura: “Lo recuerdo como un evento en el que aprendí mucho y siempre trato de a ellos mandarle mucho luz y conciencia”.
El aprendizaje tras el evento
Si bien, con los años Irán Castillo ha ido comprendiendo la delicada situación que enfrentó, continúa pensando que la forma en la que las autoridades abordan estos casos no es efectiva: “Siento que en lugar de cárceles, debería haber centros en los que realmente haya una rehabilitación”. Para Irán, el daño debería ser tratado desde la raíz: “No se trata de alguien hizo eso y qué mala onda, es malo, no, no esa persona tiene una vida, tiene cargando un chorro de cosas que le llevaron a ser de esa manera, si tú no rehabilitas eso de esa persona, aunque lo metas aislado a una cárcel, no va a funcionar”. Conmovida hasta las lágrimas, la actriz añadió: “Lo digo y me dan ganas de llorar, me da mucha tristeza, porque siento que lo que está mal es el sistema, porque esas personas lo que necesitan es un montón de amor, rehabilitarse y encontrar amorcito dentro de ellos, que lo vivan”, finalizó.