A sólo una semana de haber sorprendido a sus fans con el anuncio de su relación con Matías Novoa, una noticia que compartió en exclusiva para ¡HOLA!, Michelle Renaud ha vuelto a abrir su corazón, esta ocasión ,para hablar de un tema del pasado que le resultó muy retador, pero que al mismo tiempo la enriqueció: su divorcio con Josué Alvarado, papá de su hijo Marcelo. Durante una sincera conversación con Aislinn Derbez para el podcast La magia del caos, la actriz detalló cómo fue este proceso para ella y cómo lo ve a la distancia, ahora que han pasado 4 años de su separación: “Divorciarte no es ningún fracaso, es una decisión igual que casarte, casarse tampoco es un éxito, porque no es una meta”, explicó. Con el objetivo de que su testimonio ayude a otras personas que están atravesando por lo mismo, la actriz habló sin reservas del tema: “Siento que la gente tiene muchos tabúes alrededor del divorcio”, añadió.
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Dando lecciones de sinceridad, Michelle recordó con qué mentalidad llegó al altar: “Me casé sabiendo con quién, me casé pensando que podía cambiarlo, error, me casé pensando que el matrimonio y el bebé lo iba a hacer sentar cabeza, lo iba hacer jugar a la casita conmigo y, de repente, pasó el tiempo y no jugaba a la casita conmigo, dije: 'No quiero esto'”. Michelle también compartió un poco de cómo era su noviazgo con el papá de su hijo: “Yo estuve en una relación como 6 años y era una relación que nunca funcionó, siempre fue muy difícil, yo la pasaba muy mal. Decía: ‘Es que yo lo amo’, porque cuando terminábamos, que era cada semana, yo sufría muchísimo, para mí era: ‘Lo amo’, pero mi relación se basaba en el dolor, no en la comunicación, ni en el crecimiento”, admitió.
Michelle confesó que cuando se convirtió en mamá algo ocurrió en ella y su concepto del amor se transformó, esta situación, según explicó, la llevó a tomar la decisión de divorciarse: “A mí lo que me hizo divorciarme fue Marcelo, porque yo creía que amaba al papá, pero cuando conocí a Marcelo y vi lo que era el amor dije: ‘Esto es amor, esto es ansiedad, toxicidad, esto no es amor y nunca ha sido amor’ y dije no, yo sí quiero que mi hijo crezca en un ambiente de amor”, reconoció. La actriz también recordó cuál fue la reacción de su exesposo cuando le comunicó que quería separarse: “Fue de la noche a la mañana, no lo pensé. Al papá de mi hijo le encanta la fiesta, entonces yo dormía sola todos los días y para mí eso no era romántico, ni bonito, ni nada y un día dije: ‘¡Hasta aquí!’. Llegué se lo dije a él y su respuesta fue: ‘Sí, mándame a los abogados’. Fue como ok”, narró la protagonista de La Herencia.
El reto de la co-paternidad tras el divorcio
Aunque tomar la decisión de divorciarse, con un hijo pequeño, le resultaba una situación muy retadora, la actriz dio el paso: “Siempre he dicho que la felicidad es para los valientes”. A partir de ese momento, Michelle tuvo que adaptarse a nuevos escenarios pues, aunque ya estaban separados, debían continuar funcionando en la crianza de su hijo Marcelo: “Yo sí lo vivo desde un co-parenting súper distanciado donde así es: No es el papá que a mí me gustaría que fuera, pero eso a nadie le importa, porque ese es mi problema y lo tengo que trabajar. Lo que yo tengo que aceptar es el papá que sí es. El papá que es y es perfecto para lo que yo no sé qué va a vivir Marcelo, pero que la vida lo está preparando. Hay veces que los papás enseñamos con el ejemplo bueno y malo, pero los dos son valiosos, porque estamos guiando”, explicó la actriz.
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Tras el divorcio, Michelle reconoció que ha tenido que trabajar mucho en sí misma y entender que el papá de Marcelo es perfecto para desempeñar este papel: “A mí me ha costado mucho entender que Marcelo ama a su papá y que su papá, a su manera, hermosísima, ama a Marcelo y que él no viene a llenar mis expectativas, que él no viene a hacer lo que Michelle quiere y que es el papá que es, confío en que por algo Marcelo lo escogió y también me hago responsable de que yo decidí que él fuera el papá de mi bebé". La actriz compartió cómo ha entendido la situación y la manera en la que la maneja con su hijo: “Marcelo es 50% Michelle, 50% su papá, todo lo que yo le diga negativo de su papá es atacar el 50% de lo que Marcelo es y no me atrevería a atacar a mi hijo”, dijo. Por último, Michelle compartió la moraleja que le dejó su divorcio: “Si estás donde no quieres estar, con la persona incorrecta te estás quitando la oportunidad de conocer tu verdadera historia de amor con alguien que sí te cuide, te proteja y te dé tu lugar”.