Carolina Miranda, dividida entre dos amores en ‘La Mujer del Diablo’

Estoy muy contenta, es un proyecto maravilloso. Tiene un tremendo elenco pero sobre todo una tremenda producción. Estoy ansiosa de ver el resultado final, me muero de ganas de verlo.

Me lo vuelves a decir y se me pone la piel chinita...Es de verdad un gran honor para mí, primero interpretar a ‘La Mujer del Diablo’. Fueron muchos meses de grabación, fueron muchas emociones durante todo el proyecto y al final escuchar las palabras de mi director... La entrega, el trabajo y como yo también lo he dicho, nosotros ponemos el alma y el corazón en cada personaje. Sin todo el crew que está ahí alrededor, que está trabajando para nosotros no podríamos lograr nada. Sentí mucho honor, mucho placer y todo el cansancio que tuve durante meses, en ese final, despidiéndome de todos con tanto cariño y tanto amor, hacen que valga la pena todo el trabajo.

Me atrevo a decir que Natalia ha sido uno de los personajes más complicados que he tenido que interpretar. Es hermoso. Leonardo Padrón, nuestro escritor se encargo de hacer un personaje precioso, con muchas emociones, demasiados matices, demasiados cambios que ustedes ya pronto verán... Pero emocionalmente, fue muy duro para mí. Fue desgastante por que todos los días pasaba algo diferente y muy fuerte, cosa que me encanta que le pase eso a los personajes por que al final el público va disfrutando todo este trabajo.

Compartir pantalla con José Ron fue divino. Es un profesional, sabe perfectamente que está haciendo y cómo lo tiene qué hacer. Nos llevamos muy bien, no solo con él sino con todo el elenco. Tenemos primeros actores maravillosos que yo siempre digo que les voy a seguir aprendiendo absolutamente todo. Agradecida y feliz de poder ser la líder de este barco, por que sé que es mucha responsabilidad.

Pasó de todo de verdad... Todo fue en locaciones, nada fue grabado en set. Literalmente estábamos incubados en una hacienda, pérdidos en el cerro ahí todo el elenco durante meses, entonces formamos una familia bien linda pues no teníamos nada qué hacer. Todas las noches nos juntábamos a jugar juegos de mesa, a tomar vino, a platicar, veíamos las escenas que venían al día siguiente y nos daban las horas en la noche riéndonos, bailando, bailábamos salsa... todo mundo ya sabía que al terminar sus llamados, se tenía que ir a la cocina para convivir, eso fue bien lindo.

Sí, eso es una realidad. Estoy muy agradecida con la vida, sobre todo con Dios por lo que me ha puesto en el camino, han sido muchos retos, mucho trabajo. De pronto te agotas de tanto trabajo, pero mi centro siempre será mi familia. Tuve la oportunidad de encontrarme en un proyecto y platicar con Jean Reno, que es un gran maestro de la actuación, y él me recordó que el centro de todo esto, al final tu carrera, tus proyectos, los personajes que puedas hacer en tu vida, eso pasa y las siguientes generaciones ya no lo van a reocrdar.

Entonces lo más importante siempre es tu familia, que te mantengas con ellos, que te acuerdes de tus raíces y saber que nuestro trabajo lo ven millones en todo el mundo, pero al final es un trabajo igual que todos. No me queda más que trabajar, aprender y seguir creciendo.