La tranquila y feliz vida de Simón Duque y Valeria está por dar un giro cruel y dramático. Después de correr un maratón, ella es secuestrada para robarle el corazón. Detrás de ese terrible acontecimiento está la decisión de Zacarías Cienfuegos, quien en el día de su boda ve la vida de su prometida, Camila, pender de un hilo si no recibe de manera urgente un trasplante de corazón. Zacarías haría lo que fuera por ella, incluso involucrarse en el mundo del tráfico de órganos. Pero Simón no está tranquilo y no descansará hasta encontrar la verdad sobre la muerte de Valeria, y quién fue la persona que recibió su corazón.
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Esta es la trama de Pálpito, una serie colombiana que combina el talento latino por todos lados. Está escrita por el venezolano Leonardo Padrón, y en cuestión de días se convirtió en la favorita del público en más de 190 países, ocupando el número uno del top 10 de Netflix tanto en Colombia como en Venezuela, México, Perú, Argentina, Chile, Paraguay, Brasil y Ecuador.
Protagonizada por Michel Brown en el papel de Simón y Ana Lucía Domínguez como Camila, los 14 capítulos de la primera temporada nos llevan entre las historias de amor de los personajes hasta las redes de traficantes y las decisiones políticas que los acompañan.
En entrevista con HOLA! USA, Michel y Ana Lucía nos revelan cómo fue grabar una historia tan delicada como ésta, en la que ponen a prueba sus emociones sin saber cómo reaccionarían ante una situación similar.
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Ambos actores, que viven el éxito de la serie, encontraron comfort entre ellos al volver a trabajar juntos, y es que es muy probable que la audiencia los recuerde con su papel como Franco y Libia Reyes en Pasiónde Gavilanes (2003).
“Esta, en particular, es la serie que le ha llegado al público y con la que más fibras se movieron y en la que yo, como actor, pude emocionar desde un lugar diferente. Es un gran regalo con el que me quedo toda la vida”, expresa Michel aún impresionado por la respuesta del público.
El éxito de la serie en la que también participan Margarita Muñoz, Sebastián Martínez y Mauricio Cujar, es tal que se cuentan más de 68 millones de horas de reproducción sólo en su primera semana de estreno, convirtiéndose en la producción de habla hispana más vista de la plataforma, con lo que aseguran una segunda temporada que podría empezar sus grabaciones este mismo año.
¿Qué significa para ustedes que su serie esté en el número uno?
Ana Lucía Domínguez: “Es increíble, estamos agradecidos por todo el público, en más de 80 y tantos países estamos en número uno apenas con dos semanas al aire. Sabíamos que teníamos en las manos un proyecto muy bonito y que le iba ir muy bien en Colombia, en México, pero jamás nos imaginamos que esta locura iba ser mundial. ¡Es maravilloso!”.
Michel Brown: “Yo creo que tiene un plus… Sabíamos que teníamos un buen proyecto, pero no sabíamos la magnitud de lo que podría suceder con Pálpito. Creo que el resultado tiene que ver con que es una serie con una calidad impresionante; en cuanto a la fotografía, la dirección, el maquillaje, el arte, las locaciones, los actores que trabajan con nosotros son unos monstruos y que creo que esa amalgama de todas esas cosas logró que Pálpito se ubique en el lugar en el que está”.
¿Cómo llega la propuesta a ustedes y cómo se animan a unirse a este proyecto?
A: “En mi caso, fue como una sorpresa. Fui la última en aterrizar en este proyecto. Ya ellos habían empezado a grabar, yo estaba en Miami y dos años antes había hecho el casting de ‘Camila’ y me daba mucha ilusión, era como el proyecto de la vida, así le decía a mi mamá. Estaba en Medellín con mi familia y les decía que estaba súper ilusionada con este casting y el personaje. Este papel en particular me llegó al corazón cosas de Dios y de la vida, finalmente quedé, me dieron a Camila”.
“Fue una emoción enorme de regresar a mi país; siete años sin grabar en Colombia, y qué mejor que con un proyecto como este”.
M: “A mí me mandaron el guion y cuando lo leí por primera vez, nos encontramos con un diamante en bruto, esto pasa poco realmente. Los actores que leemos un guión encontramos en el camino cosas que nos gustan y cosas que no nos gustan o que se pueden mejorar, pero con este guión me pasó que estaba hecho a la media y con un personaje que a mí particularmente me gustó mucho porque creo que tiene un arco dramático muy interesante; empieza siendo un clásico padre de familia con la vida resuelta y de pronto la vida se le va a desmoronando y se termina convirtiendo en cualquier otra cosa, en el Simón que es en un principio”.
Háblennos de su personaje en la serie...
A: “Camila es una mujer con unos principios tan bonitos, está enamorada de su profesión, de la fotografía. Es una mujer que vive al máximo, le encantan todas las cosas que son como extremas. Es una mujer arriesgada, es talentosa, ¡a mí me encanta! Cuando la leí, era como tan clara. Le decía hace días a Leonardo Padrón: ‘son tan claros los personajes, que es una delicia interpretar un proyecto donde la psicología del personaje es tan clara’. Y encontrarme nuevamente con Michelle Brown, hemos estado como en seis proyectos juntos, y fue muy bonito, y me dio como esa tranquilidad de que ya nos conocemos a la hora de trabajar y, para mí, obviamente iba a ser mucho más fácil“.
¿Cuáles son los retos y similitudes que tienen con su personaje?
A: “Todo fue un reto. Camila tiene unas escenas fuertes y a nivel actoral fue un reto para mí. Increíble, muchas escenas. Con Michelle nos pasaba que muchas veces, después de grabación, hacíamos una videollamada para repasar las escenas más importantes y fuertes y eso para mí era también una ayuda; tener esa confianza con mi partner, con mi protagonista, que también somos amigos.
¿En qué nos parecemos Camila y yo? Yo también soy súper aventurera, me gusta viajar y creo que Camila es un alma libre y creo que ahí nos podemos encontrar y parecer”.M: “Simón es un poco frustrado que no se le dio lo del oficio y como esto es una carrera muy dura, él decidió ponerse a trabajar en la pizzería del papá. Tiene un padre italiano y hacen pizzas y logró conformar una familia muy bonita con dos hijos preciosos y una mujer a la que admira mucho y con la que tiene una conexión interesante; no solo con el matrimonio sino como familia y amigos. Ella hace música en la pizzería donde están y todo parece color de rosas. Tiene un gran corazón, a él le encanta el arte y de repente la vida le pone un sacudón a mitad del camino y el papel de Simón tiene que ocupar el rol materno y paterno y tratar de tener en control a una familia completamente descontrolada y que comienza a utilizar las artes escénicas para descubrir quiénes son verdaderos culpables del asesinato de su mujer.
“En lo que nos parecemos es que creo que yo soy un tipo muy sensible y que no le tengo miedo a eso. Y en lo que no nos parecemos, creo que sería en que comprendo al personaje y no lo juzgo; yo no sé qué haría en su lugar. Tiene un momento de descontrol y no importa nada más que saber quiénes son los culpables”.
Michel, ¿Cómo fue la dicha de hacer un personaje con tu esposa, Margarita Muñoz?
“Tuve doble dicha en esta serie. Primero fue Marga, con quien desde el inicio empezamos a trabajar juntos. Yo creo que los actores construimos la historia del personaje y las emociones a partir del actor que tiene enfrente, y enfrente tenía a mi esposa. “Yo decía que llevábamos 11 años practicando este personaje para que nos lo pongan en este camino. Voltear y ver que mi mujer había tenido este accidente, y la desesperación de buscarla y la que me partía el corazón era mi mujer, fue un gran acierto de los productores y el escritor y un gran plus para mí como actor porque logré conectar desde un lugar muy fácil, muy sencillo, me sumergí por completo y funcionó”.
“El otro gran plus es Anita, yo a Anita la quiero mucho, somos muy amigos, pero no nos veíamos hace mucho como actores en un set, conozco su trabajo y admiro su trabajo, pero nunca la había visto en este rol, que es sumamente extremo y más extremo entrar a rodar cuando ya la serie se había empezado a filmar y que a los dos días, habiendo leído, le entre a un personaje tan complicado. Nos juntamos y hablamos y yo le dije, ‘acá me tenés, vente con todo y yo voy a estar ahí para apoyarte”.
¿Cuál es la anécdota que los marcó durante el rodaje de la serie?
A: “Me impactó mucho cómo hicieron las escenas de la cirugía a corazón abierto, y admiré tanto el trabajo de las niñas que hicieron los efectos especiales. Justo hoy publiqué un video del detrás de cámaras de todo esto… Yo no terminaba nunca de sorprenderme, se veía súper real el corazón, del muñeco, del maniquí que ponían para hacer estas escenas… fue increíble. Otra de las cosas que fueron extremas fue cuando estábamos escalando la montaña, estábamos ahí, hubo momento en los que sí me colgaron para hacer los planos cerrados. Sí me puse nerviosa, pero como actor, son cosas que tienes qué vivir”.
M: “Cuando empezaron a hacer el diseño de los personajes y aparece ‘Checho’, que es un personaje en el que este se transforma, yo peleé a muerte que ‘Checo’ tuviera una calota, que es una calva que se pone con látex. Me decían que era un poco arriesgado, pero yo les decía que me parecía chévere que el personaje fuera otro para que físicamente se viera distinto. Lo pelé a muerte... el primer día que me pusieron la calota estuve dos horas y media poniéndome la calota y me di cuenta de que me faltaban 17 días de estar sentado con una calota de látex... Yo no sabía que la cabeza sudaba hasta ese día, y son esas cosas que los actores peleamos a muerte. En el segundo llamado yo dije, ‘¿en qué momento yo quise ponerme esta calva para una serie de 20 días?’, pero me lo gocé mucho, aunque el proceso fue duro”.
¿Cómo han recibido el gran impacto que ha tenido Pálpito en Netflix?
A: “Con ‘¿Quién Mató a Sara?, que yo estuve dos temporadas, yo ya había sentido eso que te da Netflix; que en el mundo entero te ven, que te escriben de un montón de países y lugares que ni conocemos. Es increíble para nosotros como actores, es una felicidad y obviamente para nuestras carreras es maravilloso, te pone en una posición muy interesante”.
M: “Estoy de acuerdo con lo que dice Anita, en este oficio uno puede pasar de largo y que nunca te toque una experiencia como esta, de que la serie se vuelve top 1 en el mundo. Y sólo por el cartelito de Netflix ‘somos los #1’, creo que es una gran serie, porque tanto el personaje de Ana como el mío le toca las fibras al público y de eso pasa poco.
¿Qué les deja de experiencia participar en una serie con una trama como esta?
M: “Lo que me deja esta experiencia, es que nuevamente nos damos cuenta como actores que nunca sabemos cuál es el proyecto que va a ser un ‘batacazo’. Hay veces que el proyecto con una producción enorme, con una historia fascinante, con un elenco increíble, con un director impecable, con un fotógrafo que hace todo bonito, y de repente te das cuenta de que lo más importante en este oficio es la historia, la estructura de una historia. Cuando la leímos nosotros, nos dimos cuenta, no sabíamos qué tan grande iba a ser, pero sabíamos que iba a ser grande. A mí lo que me pasa desde hace años es que me caso con los personajes que voy a interpretar y esto me viene a reafirmar que, como actores, tenemos que ir detrás de las buenas historias. Es importantísimo que los directores, los actores y los productores nos casemos con las buenas historias”.
¿Cómo logran mantener los pies en la tierra?
M: “La verdad trabajo en esto desde los 17 años, y sé lo que hago y de qué se trata. Está buenísimo que nos vaya bien, es lo que uno busca, pero no me mueve el tapete y sé que más allá del número uno en Netflix del 10 ó 20 o que te vaya mal, cuando llego a mi casa, tengo una base que va más allá de lo laboral que tiene que ver con mi pareja y que ni el éxito de esa manera me va a volver loco ni el fracaso me va a deprimir. Cuando uno conecta con eso, lo otro lo disfruta cuando hay que disfrutarlo y cuando no va bien, se charla en la casa y se atraviesa ese momento, pero es difícil también”.
A: “Siempre he tomado mi profesión como un trabajo, como de estilista, maquillador, el del sonido que va a grabar. Para mí es exactamente lo mismo. Nuestro trabajo lo ve todo el mundo, pero es un trabajo como muy corriente y yo siento que eso es lo que hace que yo esté aterrizada; es un trabajo como cualquier otro. Creo que somos bendecidos porque nuestro trabajo lo ve mucha gente, y más estar en una serie tan exitosa como Pálpito”.
¿Nunca se les ha subido la fama?
M: “No, no se me vuela la cabeza, pero sí me pasó cuando hicimos Pasión de Gavilanes y viajé con ‘El Gato’ a España y vivimos una locura con las fans que no habíamos vivido nunca. No se me voló la cabeza, pero me entró mucha ansiedad de que salíamos a la calle y todo el mundo te conocía, todo el mundo sabía de la novela, el personaje y me empezó a dar un poco de fobia y no lo supe manejar. Me acuerdo de que me fui de viaje un tiempo solo para reconectar conmigo para entender cómo se vivía un éxito como ese, aparte estábamos más jóvenes, pero lo que hice fue alejarme parar tratar de aterrizarlo y entender qué se hace con eso, porque es la primera vez de todo, uno nunca sabe cómo manejarlo y es un poco lo que nos pasó, pero de que se me vuele la cabeza, no tanto”.