Con la sinceridad que la caracteriza, Sofía Rivera Torres se convirtió en una de las invitadas más divertidas de Pinky Promise donde se abrió de capa y habló de temas que pocas veces toca, como su papel de madrastra, una faceta que, aseguró, es lo más bonito que le ha pasado en la vida. Además de esta confesión, la presentadora de ¡Qué importa! reveló cuál es la parte más complicada de ser la esposa de Eduardo Videgaray: “Feo que lo diga, pero, la mayor dificultad que yo he tenido como mujer, lo peor que le ha pasado a mi carrera, fue casarme con Eduardo Videgaray, a mi carrera eh, no a mi vida personal, eso es diferente, evidentemente a mi vida personal fue la mayor bendición”, dijo.
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Sofía reconoció que a pesar de tener una carrera de más de una década en la conducción, desde que se convirtió en la mujer de Videgaray, su imagen pública sí se vio afectada: “Me lleva 23 años. Llevo trabajando desde los 16 años ganándome el lugar y en el momento en el que me casé ya soy la esposa de. Eso es algo que para mí la verdad ha sido bien difícil, incluso me ha tocado crear distancia profesional entre nosotros, pero es bien difícil, porque estamos juntos en un programa, ahí nos conocimos en el programa, bueno nos conocíamos de antes, pero ahí se dio el amor. En México es muy fácil estereotipar a la mujer y decir: ‘Está con uno 23 años mayor, es una interesada casa fama’”, explicó.
Aunque es incómodo, la presentadora tiene muy claro que Eduardo Videgaray ya era conocido cuando ella apenas comenzaba en la televisión: “Lo peor es ser públicamente la esposa de Eduardo Videgaray que todo se convierte en eso y lo entiendo, porque cuando yo nací, Eduardo ya tenía un programa de radio, suena chistoso, pero es la verdad. Esa es la parte que a mí más me ha pesado, porque siento que sí pierdes esa identidad, dejas de ser tú. Entiendo que somos dos figuras públicas que nos dedicamos a lo mismo y él me saca 30 años de carrera, los que yo tengo de vida, tengo 29, pero cumplo 30 este año, entiendo que esto pasa, pero eso a mí me da hueva”, agregó.
La actriz de Si nos dejan, contó por qué su compromiso y matrimonio fue en un lapso corto de tiempo: “Ya llevamos un año y medio de casados, dos años y medio de novios, es que nos casamos muy rápido, porque cuando nos comprometimos, mi abuelita estaba enferma y como yo soy la nieta más chiquita, la bebé, fue como de hay que tratar de apurarnos para que vaya a la boda, no la libramos, falleció dos días antes de la boda, pero ahí estuvo con nosotros de alguna manera. Fue boda Covid, chiquitita”, recordó sobre su enlace matrimonial realizado en noviembre del 2020 en medio de la pandemia.
Lo mejor de estar casada con Eduardo
Aunque reconoce que ser la esposa de Videgaray en el terreno profesional ha sido complicado, por la opinión pública, como pareja, todo ha sido maravilloso y explicó por qué: “Lo mejor es que hacemos un equipo súper padre, nos llevamos súper bien, como al principio, cuando empezamos no pensábamos que esto fuera una posibilidad real, que fuera realizable por mil motivos, por la diferencia de edad, por los lugares que estaba cada quien en su vida, como que siempre fuimos muy auténticamente nosotros, entonces no hubieron apariencias, como yo sabía que él era súper alivianado y yo también, como que desde el inicio fuimos quienes somos y creo que eso ha creado un vínculo, además de fuertísimo, una relación totalmente honesta, transparente y bonita, no hay nada que Eduardo no sepa de mí”, finalizó.