En julio pasado, Miranda McKeon, actriz de la serie televisiva Anne with an E, hacía una de sus más fuertes confesiones, al destapar que había sido diagnosticada con cáncer de mama. Esta situación, la cual ha enfrentado a sus 19 años, la ha convertido en un caso extraordinario, pues según explicó anteriormente, es muy raro que ocurra en personas jóvenes como ella. Sin embargo, la estrella no ha bajado la guardia, dando muestra de su fortaleza y compartiendo detalles de su tratamiento, en específico de las quimioterapias a las que se ha tenido que someter, según dio a conocer. Lo cierto es que desde que inició sus tratamientos Miranda tenía una gran preocupación, y era la de perder el cabello, una circunstancia que ha logrado superar dejando ver su nueva apariencia y dando una firme lección de aceptación y amor propio, algo de lo cual se siente enteramente orgullosa.
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Fue a través de sus redes sociales que Miranda abrió su corazón para hablar del tema de la pérdida de su cabello y de cómo marchan las cosas hasta ahora, tomando una firme decisión antes de su última quimioterapia. Al mismo tiempo, mostró algunas fotos en las que deja ver su cabeza completamente rasurada. “Hice una cosa, solo días antes de mi última quimioterapia (martes), era tiempo de dejarlo ir y finalmente rasuré mi cabeza. Desde el momento en que me diagnosticaron, el cabello ha sido un factor de estrés, tal vez incluso más que mi salud en general. No es ‘solo cabello’ y no ‘simplemente vuelve a crecer’ (aunque lo hará). Durante los últimos cuatro meses he entendido cómo el cabello es una extensión de la feminidad…”, dijo en las primeras líneas de su posteo.
En ese mismo espacio, Miranda ahondó en su relato para detallar cómo vivió el proceso de ser testigo de este cambio en el que su apariencia se transformaba de manera radical. “Nunca me di cuenta de la alegría que me invadía al sentirme bonita día con día y de lo mucho que sentía que mi cabello me definía. Todos los jóvenes de 19 años deberían tener ese privilegio. He estado perdiendo el cabello por los últimos tres meses, y he pasado mucho tiempo en el espejo imaginándome calva. Como resultado este paso final, honestamente, no fue una gran sorpresa…”, aseguró.
Una lección de aceptación
Pero más allá de todo, Miranda ha aprendido a valorarse a sí misma, aceptándose tal cual es y encontrando una belleza interior de la que se siente enteramente orgullosa, misma que le ha merecido el aprecio incondicional de quienes la rodean. “Me sorprendió lo hermosa que todavía me siento sin mi cabello. Me he dado cuenta de que soy hermosa por mi contribución en las conversaciones, por mi humor y mi vulnerabilidad, por la clase de amiga que soy y la forma en la que me presento a los que me rodean. Mi belleza es lo menos interesante de mí. Mis amigos y mi familia me han apoyado muchísimo y me han demostrado profundamente que las personas en mi vida no me aman por mi apariencia, me aman por la persona que soy, y yo realmente amo a esa persona. Creo que soy hermosa…”, dijo.
Finalmente, Miranda asume esta nueva etapa como un importante aprendizaje, dispuesta a celebrar cada día siendo la persona en la que se ha convertido. “Así es que mientras ciertamente extrañe mirarme al espejo y sentirme bonita en una forma convencional, continuaré celebrando mi belleza de una manera más grande y significativa (y realmente tengo una cabeza rapada muy bonita)”, finalizó.