El tiempo ha pasado desde que Eugenia Debayle enfrentó la crisis de salud más difícil de su vida, cuando en mayo de 2016, tras enterarse que estaba embarazada todo comenzó a complicarse. Por fortuna, y luego de haber sido declarada “clínicamente muerta”, la emprendedora pudo salir adelante, un episodio que además de plasmar en su libro titulado Mi día negro, le otorgó una de las lecciones más importantes en su vida, misma que hoy valora y de la cual ha hablado a corazón abierto. Por supuesto, a lo largo de ese duro instante tuvo la fortuna de contar con el apoyo incondicional de su familia, en especial de su hermana Martha Debayle, con quien ha podido formar un equipo que incluso le ha permitido conquistar importantes metas profesionales.
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Con toda sinceridad, Eugenia no dudó en compartir cómo fue que se enfrentó a ese momento tan determinante, en el que todo dio un dramático giro tras realizar una visita al médico, quien le confirmó que las cosas no estaban marchando bien. “Hace cinco años yo me enteré que estaba embarazada, no era lo que estaba buscando, me tomó por sorpresa. Cuando me enteré me dio mucha emoción y cuando me voy a hacer un ultrasonido me doy cuenta que el bebé había muerto y al día siguiente me dicen: ‘Te tienes que hacer un legrado’…”, explicó la también fundadora de The Beauty Effect, durante una charla para Dementes Podcast.
Eugenia recordó que debido a ese legrado la situación se complicó, lo que le originó una hemorragia que los especialistas trataron de contener con la aplicación de algunos medicamentos, aunque de inmediato ocurrió algo que jamás se habría imaginado. “Entro en un paro 43 minutos y esto me lleva a que me induzcan un coma. Al principio siempre pensaba que estuve 3 minutos muerta, pero ya luego los doctores me dijeron: ‘Estuviste clínicamente muerta 20 días, porque tenías una falla multiorgánica, ningún órgano vital funcionaba’…”, confesó Debayle, quien se siente muy afortunada de haber librado ese capítulo que la mantuvo hospitalizada por varios meses.
El duro golpe de realidad
Lo cierto es que haber superado el coma no fue nada sencillo, pues Eugenia reconoce lo vulnerable que se sintió al ser consciente de su situación, algo que emocionalmente no solo fue difícil, sino que le permitió percatarse de algo muy importante. “De repente que te suceda eso, de repente que te das cuenta que regresas de un coma, que tus facultades están súper limitadas, que no puedes caminar bien, que no puedes comer bien. Es muy fuerte encontrarte a tus 44 años… en el cuerpo de una recién nacida. Es muy fuerte porque te das cuenta que la fragilidad, me enfrenté a una parte de mucha inseguridad y también me enfrenté a una parte de entender que nada lo controlas…”, confesó.
Pero ha sido a raíz de esta experiencia que Eugenia ha aprendido a disfrutar de la vida tomando todo con más calma, especialmente cuando se trata de ocuparse de los asuntos profesionales, pues durante el tiempo de su recuperación siempre estuvo respaldada por un equipo de personas que cumplieron uno a uno con los compromisos de trabajo pactados. “Cuando esto me sucede yo regreso a la oficina a trabajar y yo me empecé a volver, de ser una persona que todo el tiempo quería delegar o que quería estar al corriente de todo, yo estaba súper suelta, porque yo me di cuenta que en esa época que estuve súper ausente todo caminaba. Estuve cuatro meses en el hospital y cuando regresé a la oficina fueron como seis meses, ¿qué pasó? Nada, todo el equipo lo sacó adelante…”, reveló.